Estoy molesta, no podía creer en lo ingenua que había sido. Por unos minutos me alegre de estar realmente ahí, con ellos haciéndome compañía, pero todo lo que estoy sufriendo me lo merezco, por no correr más fuerte cuando me atacó el sujeto de ojos negros, por dejarme guiar por el tonto de Jace, Daemon y Thimoteo hasta aquí, por quedar encantada con sus lindos ojos.
Caminé por un par de calles, la mayoría de los locales están abiertos ya que son las 11 de la mañana, pero el día esta tan nublado y frío que parecen las 7 de la mañana, justo cuando baja la temperatura para que salga el sol.
Me abrace, buscando un poco de calor.
Caminé por 3 horas, lo que me permitió descubrir la magnífica arquitectura que tiene este lugar, con sus casas de estilo barroco, las pequeñas iglesias que se imponían, la forma en la que todo parece encajar; incluso el suelo brilla en ciertas zonas, parte del tipo de roca utilizada.
Llegué a un río llamado "Zon"; una auténtica maravilla, en él se refleja la oscuridad del cielo mostrándome un gris turbado. Es realmente similar a los ojos de Katalella, justo cuando me vio partir enojada.
Siempre había querido viajar a Londres, convivir con mi familia y poder tomar fotos y vídeos de cada momento, pero todo eso es sólo un sueño a estas alturas.
Moví la cabeza para despejar mis pensamientos, no sirve de nada trastornarme; sin embargo, todo me recuerda a los culpables de que me encuentre en este lugar, sin conocer a nadie y con un hambre desastrosa.
Me quedé observando como pasaba el tiempo y la gente a mi alrededor.
No hay muchas personas aquí realmente, y los que pasan solo van centrados en sí. Solté un pesado suspiró, siendo consciente de que nuevamente mis recuerdos me están llevando a mamá, la cual siempre me decía que al mal tiempo debía mostrarle buena cara y reírme de la vida para evitar que ella se riera de mí.
La primera vez que lo mencionó debía tener unos 6 años, donde lloraba porque mi primo me había pintado la cara con marcadores indelebles; cuando sus padres se enteraron le dieron una buena reprimenda y a mí me empezaron a tallar el rostro tan fuerte que me dolía, por lo que lloré amargamente hasta que lograron semi quitarla. Papá me abrazó y decía que todo mejoraría, que sólo era un tropiezo y mamá solo se río de mí desgracia.
Empecé a notar un nudo en la garganta; sé que me pondré a llorar en cualquier momento. Me giré y corrí.
Necesito alejarme de lo que me lastima.
Corrí tan abruptamente que mis pulmones no resistieron mucho; caí de rodillas y me quebré. Todo está mal: mi familia se encuentra en México sin saber de mí, mis amigos probablemente muy preocupados, y yo aquí, sola, con hambre, adolorida hasta los huesos y rota emocionalmente.
El tiempo pasó demasiado lento, haciéndome consciente de que todo lo que me había guardado esta saliendo: mi miedo, angustia, decepción. Todo.
Una vez que pude medianamente respirar, sentí una mano en mi hombro, por lo que alcé los ojos.
- Ohh... Hola, ¿Te encuentras bien? ¿Puedo ayudarte en algo?
Un chico me miró de pie, con grandes ojos verdes y cabellos rubio; me habló en su idioma natal.
Para este punto sólo pensé en desaparecer, sentí la garganta destrozada. Lo observé y noté que su mirada muestra preocupación, como si fuésemos amigos.
Respiré hondo, tratando de tranquilizar mi respiración y aclaré la garganta.
- Seguro, no te preocupes - me ayudó a levantarme y me tendió un pañuelo.
Lo tome agradecida y me limpie las lágrimas y moquillo que escurre por mi rostro. Parece que le debo uno nuevo.
- ¿Cuál es tu nombre? – pregunto mientras nos encaminaba a un banco y tomamos asiento.
Hasta ahora caigo en cuenta de que en la casa de los Morgenstern todos hablaban español, por lo que no sentí el choque del idioma; es decir, se inglés, pero el acento británico es de lo más curioso.
Tallé mis ojos y di respiros largos, tratando de controlar mis emociones y pensamientos. Lo que menos deseo es tener una conversación con un desconocido en otro idioma y sobre mis problemas.
Él aún me mira atento, esperando mi respuesta.
- Mmm... Disculpa que lo pregunte, pero ¿sabes hablar español? - cruce los dedos y espere ansiosa.
El simplemente sonrió y asintió.
Juro que casi lloró otra vez, pero de felicidad; suficiente tengo con mi inestabilidad emocional como para lidiar con otra cosa. Es más, ni siquiera estoy segura de poder entablar en inglés una conversación por la irregularidad de mis ideas.
- ¿Entonces eres de habla hispana? - mi regalo una mirada curiosa. Su acento es notoriamente extranjero, pero se le entiende a la perfección.
- Gracias al cielo - suspiré, talle mis ojos esperando mejorar un poco mi imagen y dignidad - lo soy, vengo de México. ¿Y tú?
- Soy de aquí, nací y crecí aquí - encogió los hombros tranquilamente - ¿Te sientes un poco mejor?
- Si, gracias - me fui levantando poco a poco. Una vez que estuve de pie, giré alrededor y lo miré - De casualidad ¿conoces algún lugar donde sirvan una buena comida y barata?... Es que no he comido nada en todo el día y yo...
- ¿Qué? ¿Por qué no has comido? - alzó las cejas, sorprendido.
¿Acaso aquí no existe la posibilidad de comer a destiempo?
- Yo... No importa. No te entretendré más, sólo indícame un lugar donde pueda comer por favor - soné extremadamente cansada.
El chico me miró por un par de segundos más de lo normal, giro para ver el entorno y me ofreció su brazo, como lo hacían en la antigüedad los caballeros.
- Te llevaré, y no es molestia.
Caminamos entre calles alrededor de 15 minutos en silencio, hasta que me detuve.
- ¿Sucede algo?
Lo mire atentamente. ¿Cómo sé que esto no es una trampa?, Ya había caído una vez y no volverá a suceder.
- ¿A dónde me llevas? - mi tono salió más brusco de lo que esperaba.
Él juntó las cejas, me observo por un largo minuto y sonrió como si le hubiera contado un chiste.
- Ah, entiendo. Mi nombre es Blake Herondale, mis padres son Kai y Cecilia Herondale, dueños de la empresa Heron Inn, un placer - extendió su mano y tras dudarlo un instante la tomé.
- Atenea Sean, el placer es mío - mostré una sonrisa auténtica.
Él achico todavía más sus ojos y tomo mi mano para seguir caminando.
Puede que vuelva a equivocarme, pero este chico me parece un buen sujeto. Tengo un presentimiento.
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¡Hola! 🤗, Si has llegado hasta aquí te agradezco por darle una oportunidad a la historia.
Espero que continúes acompañándome en esta aventura y me encantará estar leyendo sus comentarios. ♥️
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Los Morgenstern
RandomVolteé a mi alrededor, observé a cada persona y la forma en la que me miran: hay miedo, sorpresa, sarcasmo, enojo y orgullo. Cada miembro de este lugar me considera una amenaza o un medio para hacerse notar. Alcé la cabeza altivamente y aprete los...