- Nos vamos - señaló tomando su abrigo y una maleta, para empezar a rellenarla con lo que considera más importante.
- ¿En serio? - sonreí.
- Si. Pero tengo dos condiciones para ir a vivir con ellos - señalo con la barbilla a Dylan, el cual se encuentra a unos metros, atento a sus palabras.
- Escucho.
- Número 1. Si veo algo extraño, me iré.
- Entiendo.
Cruce los dedos para que la siguiente no sea imposible.
- Número 2. Trabajaremos al mismo ritmo. Sin distracciones, sin modificaciones ni excusas.
- Lo tienes - me gire contenta hacia Dylan y camine en su dirección - vamos.
- Tienen 30 minutos - acotó Kostov mientras va y viene de las recámaras.
- Solo necesitamos 10 - río ante su urgencia.
Según él, si Dylan pudo entrar y atravesar las barreras, cualquiera puede así que este lugar es nada.
Corrí hacia el piso de arriba y le di una barrida a todo lo que hay en la habitación. Empecé a guardar aquello que pudiera dar señales de mi existencia aquí: cepillo de dientes, de cabello, pijama; las películas de asesinos me han entrenado bien. Salí corriendo nuevamente hacia las escaleras, pero me detuve al escuchar a Dylan. Parece que terminó mucho más rápido.
- ¿Cómo se lastimó?
- Peleando - Kostov tapo con una sábana el sillón y se giró por otra para la mesa del centro.
- ¿Contra ti? - el tono de voz que esta empleando, es una clara indicación de que ha estado pensando en ello y sabe la respuesta, solo quiere escucharlo.
Kostov no contesto y se limitó a moverse al siguiente mueble.
- Es obvio - concluyo con un suspiro el rubio - de cualquier forma, gracias por mantenerla en buen estado, seguramente termino muy mal herida.
- ¿Por qué me agradeces? - se giró para quedar frente a él - no me conoces y claramente no sabes porque lo hice.
- No me interesa conocerte tampoco y me debes un buen golpe - le dio la razón - pero te ocupaste de ella después de todo y estabas dispuesto a matarme, ya sea para protegerla o mantenerte a ti mismo a salvo.
Se observaron unos segundos sin titubear. ¿Sería bueno bajar ahora?
- ¿Qué te hace pensar que una vez que nos vayamos, no te noquearé y me la llevaré?
- Veras. Por alguna extraña razón ella confía en tus acciones - concluyó Dylan, tomando otra sabana - No diría que te quiere o tiene aprecio, pero tiene buen juicio para con las personas... Así que, si te dio una oportunidad te sugiero que la aproveches. A dónde vamos serás el extraño y no contarás con nadie más que con ella.
- Pff, no tengo tiempo para esto - señalo incómodo Kostov y se dio la vuelta.
Dylan acaba de ¿hacer las paces? Suspiré, siendo consciente de lo difícil que podría ser la relación y trotando en mi lugar empecé a trabajar con mi respiración, como si hubiese corrido.
- ¡Listo! - grité y salte en los últimos 3 escalones.
Dylan me sonrió y se acercó a ayudarme con la maletita.
Terminamos de tapar las cosas que faltaban y nos juntamos en una esquina de la casa, donde Kostov empezó a dibujar algunos símbolos. Los observe con atención, estoy segura que los he visto en algún lado...
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Los Morgenstern
RandomVolteé a mi alrededor, observé a cada persona y la forma en la que me miran: hay miedo, sorpresa, sarcasmo, enojo y orgullo. Cada miembro de este lugar me considera una amenaza o un medio para hacerse notar. Alcé la cabeza altivamente y aprete los...