Capítulo 41

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- ¿Cómo les fue? - Ender nos estaba esperando en la entrada del comedor.

- Creo que podríamos considerarlo un éxito - acoto Daemon mientras voy recargada en Kennet.

Thomas me había hecho cargarlo todo el camino de regreso y me mantuvo como su esclava las tres horas que estuvimos en casa. Sam dijo que era lo menos que merecía por tenerlos en el abandono total.

- ¿Me puedes acompañar a la recámara? - pregunte en voz baja, a lo que él asintió - Nos vemos mañana chicos, necesito dejar mi espalda en una superficie plana.

- ¿Por? - Percy inclino la cabeza, extrañado. Ni siquiera lo había visto.

- Demasiado... - suspiré y me despedí con la mano.

- ¿Te divertiste hoy? - preguntó Kennet con una sonrisa - por los ángeles, eres una lenta, ven.

Se acuclilló y paso sus manos por mis tobillos para levantarme. Me recargué en su espalda y suspiré.

- Sabes... Tus hermanos se parecen bastante. Aunque tienen un carácter muy diferente. En realidad, estoy muy sorprendido y hasta un poco envidioso... Tienes dos familias enteras que daría su vida por ti - abrió la puerta de la habitación - Incluso vi unos planos que tenían en su recámara... parecían ubicaciones, supongo que estaban buscándote. ¡Son todos unos detectives!

- Gracias - me dejó caer en la cama y se giró con una sonrisa. Al ver que permanecí seria, frunció sus cejas - En serio gracias...

- ¿Por?

- Por todo. Nunca me encantó la idea de depender completamente de una persona... y ahora lo hago de ustedes - se sentó frente a mí, sin cortar la conexión - no me refiero a que me den de comer o un hogar... si no que me quieren... Y en especial tú. Sé que puedes sentir mis emociones y últimamente tengo un pánico terrible a pensar que puedas faltarme... Por ello quiero que sepas que intentaré ser mejor y dar menos problemas, cumpliré con los estándares que tienen y los haré sentir tan orgullosos que quieran explotar. Se los debo.

Como si observará una película en cámara lenta, vi como pestañeo y las comisuras de sus labios se elevan. Se acercó un par de centímetros y al ver lo que haría, cerré los ojos.

Nuestras frentes chocaron y cuando coloco sus manos en mis mejillas lo sentí. Diversas imágenes pasaron por su mente, deteniéndose finalmente en un recuerdo que se proyecta a la perfección: él y yo platicando frente al mar, ambos aterrados por lo que sucedía, pero jamás lo externamos.

- Ese día estaba realmente molesto - comentó en un susurro - llevábamos buscándote demasiado tiempo y todos estaban irritados, culpándose los unos a los otros. Cuando fui a dormir, lo primero que apareció ante mí fue un túnel, por lo que supuse que algo sucedía... pero lo que llamo mi atención fue que una mariposa me tendió una especie de hilo que me llevo hasta ti. ¿Recuerdas lo que te dije cuando nos vimos?

Parpadee extrañada, ¿cómo podría?

Hice un esfuerzo mayor y las palabras vinieron por si solas: "Tú me trajiste hasta aquí, quiero saber porque y como lo hiciste".

- Si... estaba realmente sorprendido. ¿Quién diría que nos llevaríamos tan bien después de eso?

- He estado pensando al respecto... Tantas veces me pregunte que había hecho mal o que deuda debía pagar para terminar experimentando todo lo que he pasado, pero ahora lo entiendo ¿sabes? - me separé lentamente de su mente y abrí los ojos - Necesitaba pasar por todo ello para ser lo que soy ahora, tener tanta gente que me quiere y a los que adoro, aprender y crecer... ser tu parabatai.

Sus ojos brillaron y lentamente acerco sus labios a mi cabeza.

- Descansa - se alejó y con una última mirada enternecida, cerró la puerta.

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