Capítulo 35

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- ¡Hay que celebrar! - Thim me abrazo en cuanto cruzamos las puertas del salón.

- ¡Por el Ángel! Estaba aterrado - suspiró Tobías.

- Pensé que te habías muerto de verdad - Ender parece ir recuperando poco a poco el color.

- Concuerdo - dijeron al unisón Jace y Daemon.

Sonreí ante el recuerdo del cónsul diciendo "es justo lo que esperaba de una de las descendientes más importantes. Has demostrado control, sabiduría, inteligencia y rápido aprendizaje"

¿En serio cree que soy imbécil?

- ¡Chicos contrólense! - Katy alzó la voz e hizo que nos detuviéramos un momento - ¿Quién es mi chica? ¿Ah?

Sus mejillas se abultaron y empezo a hablarme como bebé mientras se acerca. Sonreí de oreja a oreja y mis mejillas empezaron a arder.

- Bien, ¿Qué quieres comer? - Luca me pregunto, avanzando nuevamente.

- ¿Hay algún lugar que venda lasaña por aquí? - corrí para alcanzarlo.

- Conozco un par...

°°°

La tarde había pasado entre risas y sonrisas. Todos se encuentran realmente contentos por hacer mi inscripción formal a la familia, y debo aceptar que lo he disfrutado bastante.

Al llegar a casa decidí dar un paseo y apreciar la apuesta de sol.

Suspiré de alegría en cuanto tome asiento y vi a un par de pájaros volando cerca, el cielo mantenía un tono rosado espléndido, lleno de magia y promesas. Al fin podría hacer todo lo que quería: hablar con mis hermanos, platicar con mis amigos y buscar a quien me quiere hacer daño sin preocuparme del "que sucederá si"; me permití reír como hace mucho no lo hacía y ver la vida con colores vividos.

Recordé la cara de los presentes cuando peleaba con el cónsul: Loan y su familia estaban sorprendidos y un poco divertidos, los Herondale destilaban preocupación y extrañeza, pero los más divertidos fueron los Holdmall debido a que cada glándula de su cuerpo destilaba terror puro; incluso los ojos de las más jóvenes se contrajeron y jadearon cuando me giré a verlas.

- ¿En qué te regocijas? - Kennet apareció en mi campo de visión.

Se ha cambiado el traje y ahora solo usa una camisa de rayas gris y pantalones negros.

- Estoy contenta, realmente extasiada - le hice espacio para que se sentara.

- Todos lo estamos - sonrió mientras sus ojos se iluminaron.

- ¿Debería sentirme diferente? Ya sabes... - señale mi rostro, haciendo referencia al color de ojos.

Se carcajeó antes de contestarme.

- Lo dudo...

El sol se reflejó con los últimos rayos en su cabello, mostrándolo más claro y brilloso; suspiró y comenzó a hablar con tono suave.

- Cuando llegue aquí, las cosas fueron un tanto difícil para mí. Mis padres biológicos murieron en un accidente cuando tenía 6 y estuve en un orfanato antes de que me adoptarán. No fue tan malo como te imaginas, pero el perder a un ser querido te lastima y cambias... después de ser adoptado fue un reto identificar y adaptarme a todo esté mundo: la forma de pensar, costumbres, sabores...

Todos se mostraron menos aprehensivos que ahora, pero quién más me ayudó fue Percy... Era el más joven antes de que yo llegara, así que conocía bien el sentimiento de extrañeza y desesperación.

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