Apunté con mi arma, manteniendo mi dedo sobre el gatillo. Después de unas cuantas horas de caminata, habíamos llegado. El lugar marcado en el mapa no era más que una casa de dos pisos. Sin nada en especial. Sin nada fuera de lo común... Y eso era realmente extraño.
—¿Seguros que es aquí? —Preguntó Jack, colocando el seguro en su arma y guardándola en su cinturón al asegurarse que no había nadie más dentro.
Carol tomó el mapa de las manos de Daryl, lo miró durante unos segundos y asintió. —La marca está justo aquí.
Fruncí mi ceño, tomando el manojo de llaves de mi bolsillo y observándolas con confusión. Daryl comenzó a caminar, mirando cada detalle de aquella casa. —No lo entiendo. —Solté. —¿Por qué guardar llaves cuando esté lugar ni siquiera tiene un cerrojo?
—Quizás no es una puerta lo que estamos buscando. —Habló Ashton, haciendo que lo mirara.
—Tiene razón. —Eugene asintió, mirando a su alrededor. —Quizás hay una pared falsa o alguna escotilla.
—Sí. —Soltó Daryl a lo lejos. —Aquí.
Todos nos acercamos a donde se encontraba, notando como daba pequeños golpes con su pie al suelo, justo arriba de una alfombra, la cual no tardó en quitar con brusquedad. Me acerqué un poco más, logrando ver una escotilla de metal con cerradura. Sin pensarlo dos veces, tomé aquella llave para después introducirla. Sonreí internamente cuando noté que encajaba a la perfección y giraba sin problema alguno, abriéndola por completo y revelando unas escaleras que se perdían en la oscuridad de aquél sótano.
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—Bien... —Dijo Jack a mis espaldas, palmeando mi hombro levemente. —Primero las damas.
Lo miré con odio.
Menos mal eres mi mejor amigo, Jack.
Llevé mi vista nuevamente a la escotilla y suspiré. Iba a sentarme en el borde cuando la voz de Daryl me detuvo. —Iré yo.
Daryl dejó caer su mochila en el suelo y la abrió, para después comenzar a buscar dentro de ella, logrando así encontrar una linterna. —Gracias. —Murmuré en cuanto lo vi dispuesto a entrar a la escotilla.
Asintió casi imperceptiblemente en respuesta, para después colocar la linterna en su boca y comenzar a bajar las escaleras.
—Intenta encontrar un interruptor. —Sugirió Eugene, mirando hacia el fondo de la escotilla.
—¿Por qué no vienes y lo buscas tú? —Le gritó Daryl desde dentro, haciendo que Eugene se encogiera en su lugar.
Jack frunció sus labios, tratando de no soltar una carcajada. Luego de unos segundos, un "clic" se escuchó y el lugar se iluminó. No lo pensé dos veces y bajé las escaleras, mirando lo que había ahí adentro. Mi mirada recorrió el lugar, sintiendo una maravillosa sensación sobre mi pecho.
