XXXIII: Holy cows.

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Hice algunos edits para el fanfic ¿les gusta? Sé que no es el mejor del mundo pero se intenta jsjs. Los demás los subiré conforme vayan avanzando los capítulos. Gracias por leer...❤️

Entré a la casa, cerrando la puerta tras de mi.
Jesús levantó su vista, mirándome desde el sofá de la sala.
—Hey. —Saludé.

—¿Dónde estuviste?

—Con Jack. —Mentí. Sabía que si le hablaba acerca de mis aventuras fuera de Alexandria... estaría muerta. Él asintió. —¿Rick te ha traído acá?

Jesús asintió nuevamente.
—Me dijo que tú compañera anterior era la chica que llegó a Hilltop hace semanas. Así que decidí quedarme aquí, al menos hasta que todo esto pase.

Sonreí levemente.
—Bien. —Respondí. —Iré a darme una ducha... Rick no debe tardar en llamarnos.

Sin esperar respuesta, subí las escaleras.
Tomé ropa limpia y fui a darme un baño, me vestí y salí hacia mi habitación, me recosté sobre la cama y solté un suspiro.

Max levantó su cabeza hacia el balcón, al igual que sus orejas. Unos segundos después, unos toques en mi balcón me hicieron sobresaltar.
Este estaba cubierto con una gran cortina blanca por lo que no podía ver hacia afuera. Fruncí el ceño y tomé mi arma, caminando hasta ahí. Corrí la cortina hacia un lado y mi cara cambió a una de sorpresa.

—¿Carl? —Pronuncié en un susurro, quitando el seguro y recorriendo la puerta de cristal.

—Hola. —Sonrió levemente, dejando un beso sobre mis labios y entrando a la habitación.

—¿Qué haces aquí?

—Si, yo también te extrañé. —Respondió divertido acariciando a Max, quien movía su colita felizmente.

—Carl...—Lo miré mal.

Él rodó los ojos y bufó.
—Solo quería verte una vez más antes de irnos.

Sonreí con ternura pero luego fruncí mi ceño.
—¿Y por qué no entraste por la puerta principal como cualquier persona normal?

—No voy a tocar la puerta cuando tu hermano está viviendo en la misma casa que tú. —Dijo y contuve una carcajada. —Me odia, no me dejaría ni entrar a tu habitación.

—No te odia. —Reí levemente. —Solo intenta protegerme.

—Y no me opongo a eso, solo que... ¿por qué protegerte de mi? —Habló, acercándose a mi y dejando un beso sobre mi mejilla.

—Tal vez para que no entres por el balcón de mi habitación a media noche. —Respondí divertida.

Él rodó los ojos de nuevo y besó mis labios tiernamente.
Respondí su beso, tomándolo de las mejillas. Sus manos rodearon mi cintura, pegándome más a él. Retrocedió unos cuantos pasos hasta que quedó sentado sobre la cama conmigo sobre él. Llevé mis manos a su cabello sin romper el beso, quitando su sombrero. Mordí su labio inferior levemente, provocando que soltara un pequeño gemido.

—Shhh. —Susurré cubriendo su boca con mis manos. —Mi hermano podría escucharte.

—Lo siento. —Respondió de la misma forma y volvió atacar mis labios.

Ésta vez el beso fue un poco más apasionado, sin perder la ternura. Sus manos fueron hacia mis muslos, dejando pequeñas caricias sobre la ropa. Los labios de Carl fueron de mis labios a mi cuello, dejando un camino de pequeños besos húmedos sobre éste. Cerré los ojos y suspiré silenciosamente.

Dios, se sentía de maravilla.

Sus labios volvieron a los míos una vez más y sentí sus manos dirigirse al borde de mi blusa.
Unos pasos en el pasillo y acercándose a mi puerta nos hizo detenernos.
—¿Sophie? ¿Estás despierta? —Escuché la voz de mi hermano tras la puerta.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora