XIV: Promise.

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—Él no pudo haber muerto. Dime que están mintiendo, por favor. —Sollocé aún en el pecho Carl. Él tan solo acarició mi pelo, tratando de tranquilizarme.

—Lo siento tanto, Soph. —Murmuró Carl.

Deshice nuestro abrazo, sorbiendo mi nariz y llevé mi mirada a Maggie.
—¿Dónde está? —Pregunté. —Quiero verlo.

Ella asintió.
Seguí a Maggie, quien me llevó a una habitación de color blanco. Mi mirada se centró en el cuerpo cubierto con una sábana sobre una camilla.
Llevé mi mano hacia mi boca, reprimiendo aquellos sollozos que estaban por salir.
—Estaré afuera. —Escuché como Maggie le murmuraba a Carl.

Caminé hasta la camilla y quité aquella sábana, dejándome ver su rostro.
—No... —Sollocé al ver a mi padre. Su rostro estaba pálido con algunas tonalidades moradas.

Un pequeño hilo de sangre salía por el costado de su cabeza. Agradecí internamente a Maggie, por asegurarse de que mi padre no se convirtiera en un caminante.

Llevé mi mano a su mejilla, la cual había perdido el calor. Su cuerpo estaba frío. Sin vida.
—Papá...—Lloré, mientras colocaba mi cabeza sobre su pecho.

Sollocé unos minutos más, sintiendo el suave tacto de Carl sobre mi espalda.

Estaba cansada.
Cansada de perder.
Perdí a mi madre.
Perdí a mi padre.
Perdí a mi familia.
Perdí a Caroline.
Perdí a Joshua.

Me alejé de la camilla, sintiendo al mirada del ojiazul sobre mi. Salí de aquella habitación con Carl siguiéndome.
—Déjame sola. —Supliqué girándome hacia él, con la voz totalmente quebrada por el llanto. —Por favor.

Salí de la enfermería, sintiendo más miradas sobre mi pero las ignoré. Escuché la voz de Jack llamarme a mis espaldas llamarme pero ignoré sus llamados y seguí caminando. Caminé por las calles de Alexandria y salté el muro. Seguí adelante con las lágrimas en mis ojos. Me detuve después de unos minutos frente a un árbol, solté un sollozo mientras recargaba mi espalda contra el tronco. Me senté frente a éste, quitando las lágrimas de mis mejillas. Escuché unos pasos acercándose pero no me inmuté, sabía quien era.

—Te dije que quería estar sola. —Murmuré con mi vista aún sobre el pasto.

Carl soltó un pequeño suspiro y se sentó a mi lado—Sé que no quieres estarlo

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Carl soltó un pequeño suspiro y se sentó a mi lado
—Sé que no quieres estarlo. —Me susurró. Sentí una presión en mi pecho y el nudo en mi garganta volvió a aparecer. —Así que no me pidas que me vaya por que no me iré.

Y entonces, me quebré.
Volví a llorar.
—Estoy sola de nuevo. —Murmuré con las lágrimas bajando por mis mejillas y el corazón completamente destrozado.

Él no dudó ni un segundo en rodearme con sus brazos.
—No lo estás. —Me susurró. —Me tienes a mi y estaré contigo. —Retrocedió un poco para posicionar sus ojos azules sobre los míos. —Siempre.

La imagen de mi hermano llegó a mi mente como un flashback...

"—No llores, Soph. Estaremos bien. —Me dijo dándome una pequeña sonrisa, poniendo el cinturón de seguridad en mi y repitiendo aquella acción en él. —Yo siempre cuidaré de ti. Te lo prometo."

La mirada de Carl me decía que sus palabras eran sinceras...

"—Papá...—Lloré en su pecho, él peinó mi pelo con sus dedos suavemente. —Creí que jamás volvería a verte. Dejó un tierno beso sobre mi frente, haciéndome llorar aun más. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía viva.

—Estoy aquí y nunca más me alejaré de ti. —Murmuró sobre mi cabeza."

Pero ya no creía en ellas.

Negué levemente, alejándolo de mi. Carl me dió una mirada de confusión con algo de tristeza.

—Mi hermano y mi padre me dijeron lo mismo. —Solté con molestia. —¿Y dónde están ahora?

Él se quedó en silencio unos segundos, mirando hacia la nada.
—Te entiendo, Sophie. Yo también perdí a mi madre. —Murmuró. —Pero solo con el tiempo aprendes. Aprendes que las personas que amamos y que por alguna razón perdimos, siguen viviendo. Viven en cada una de sus enseñanzas, en los recuerdos... Ellos nunca se marchan. —Me miró mientras una pequeña sonrisa triste aparecía en su rostro. —Nosotros somos quienes se olvidan de ellos.

Él buscó algo en su bolsillo, para después alzarlo a mi dirección.
—La encontré en la enfermería. Creí que te gustaría tenerla. —Me dijo. Giré mi vista a su mano, donde sostenía la foto que mi padre me había mostrado hace un día.

—Gracias, Carl. —Agradecí entre lágrimas, tomando aquella foto.

—Él nunca se irá, Sophie. —Me dijo. —Y yo tampoco, te lo prometo. —Añadió con una sonrisa. —Y debo decir que yo nunca rompo mis promesas.

Asentí levemente, mientras quitaba las lágrimas de mis mejillas.
Luego de charlar durante unas horas, decidimos volver. Caminé hacia casa notando como Jack se acercaba rápidamente a mi con Enid y Ron detrás de él. Sus brazos me rodearon, hundiéndonos en un abrazo.

—Sophie, no vuelvas a irte así. —Soltó completamente preocupado. —Todos estaban buscándolos como locos.

—Lo siento. —Murmuré. —Solo... necesitaba desahogarme.

Él deshizo el abrazo y me miró.
—Lo siento mucho. —Me dijo y asentí.

Enid se acercó a mi, pareció dudarlo un segundo pero terminó abrazándome.
—Lo siento tanto, Sophie. Por todo.

Sorbí mi nariz. Tenía que hablar con ella.

—Enid, yo tengo que explicarte...

Ella negó.
—Lo pasado no importa ahora ¿si? —Me interrumpió. Fruncí mis labios y asentí. —Lo importante es que estás bien.

—Le diré a Rick que ya están aquí. —Murmuró Ron a sus espaldas. Le dio una última mirada a Carl y se marchó. Al parecer no le agradaba la idea de que pasara mucho tiempo con él, pero no me importaba.

—Iré a casa. Quiero descansar. —Dije y asintieron.

—Soph. —Escuché la voz de Carl a mis espaldas, me giré para poder verlo. —Estaré aquí si necesitas algo.

Asentí, dándole una pequeña sonrisa.
—Gracias.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora