Entré a la cocina y noté a Enid comiendo, sentada frente a la mesa.
—Buenos días. —Saludé aunque sabía que no tendría respuesta, tal como los días anteriores.
Había pasado una semana aproximadamente. Intenté hablar con ella en numerosas ocasiones, y solo terminaba siendo ignorada así que decidí dejar de intentarlo.
Sé que el hecho de pensar que una amiga te traicione de esa manera debe ser horrible, pero eso ni siquiera sucedió y ella no quería escucharme. Y no la iba a obligar hacerlo.
Mi conciencia estaba limpia. Yo no tenía ningún interés en Ron, ni en nadie en particular.
Salí de casa y trepé el muro, tal como todos los días. Fui al mismo lugar de siempre y me senté sobre el césped. Tenía mi mirada en mi cómic pero no podía lograr concentrarme en leerlo. Mi mente estaba tratando de procesar todo lo que había ocurrido durante esta semana.
Deanna nos había dado "empleos" a algunos de nosotros. Rick y Michonne era algo así como "la autoridad" en Alexandria, los hacían vestir uniformes de policías, era ridículo pero Deanna había insistido en ello. Yo tuve algo de suerte, pues me habían elegido para ser parte del grupo que se encarga de traer suministros a la comunidad. Luego de aquello, sucedió algo más. La pelea de Rick y Pete, el padre de Ron, quien maltrataba a Jessie, su madre. Se hizo una pequeña reunión, donde reconsideraban el hecho de que si era una buena decisión mantener a Rick y su grupo en Alexandría, pues comenzaban a creer que eran un peligro para la comunidad pero realmente yo no lo creía así. La mayoría de nosotros sabíamos acerca del maltrato hacia Jessie pero nadie hacía nada por temor ya que el padre de Ron podría llegar a ser un tipo extremadamente violento y había sido el único en tener el valor de enfrentarlo. Admirable. A mitad de la reunión, los alexandrios se vieron impresionados en el momento en que Rick llegó, lanzando el cadaver de un caminante en medio de todos. Caminante que se había colado dentro de nuestra muy segura comunidad. El padre de Ron, no tardó en aparecer. Arruinándolo completamente todo. Me estremecí, al recordar como la katana en manos de Pete, rasgaba el cuello de Reg, el esposo de Deanna. Bastó unos cuantos segundos para que Deanna alzara su mirada en dirección a Rick, llena de lágrimas. "Hazlo" le susurró, un disparo se escuchó y el cuerpo de Pete cayó al piso, sin vida. Quizás fue inhumano el no sentir nada al presenciar su muerte, pero se lo merecía. Él realmente merecía morir.
Me sobresalté al escuchar unos pasos. Me giré rápidamente. —¿De nuevo tú? —Pregunté al ver al chico sheriff frente a mi. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
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—¿Eres la única que puede venir aquí? —Habló con gracia, mientras se sentaba a mi lado.
Busqué entre mis bolsillos, sacando el paquete de gomas de mascar. Sentía la mirada de Carl sobre mi en todo momento. Alcé el empaque hacia él, ofreciéndole. Él dudo unos segundos pero terminó tomando uno. —¿Obsesión por las gomas de mascar? —Preguntó divertido, llevándolo a su boca.
