X: Asshole.

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Llevé la goma de mascar a mi boca. Hice una mueca al notar que ahora el empaque se encontraba vacío, era la última.

—¿Puedo saber la razón de tu obsesión por la goma de mascar? —Escuché su voz acercándose a mi con una pequeña sonrisa la cual no tardé en corresponder.

Encogí mis hombros, volviendo mi vista al empaque en mis manos.
—Me encanta el sabor a fresa. —Confesé. —Además, me recuerdan a mi hermano.

Él asintió dándome una pequeña sonrisa, sin despegar sus labios.

—¿Listos? —Preguntó Glenn, en nuestra dirección y asentimos.

Miré como Carl tomaba una pistola de la armería y la guardaba en su cintura.
—¿Qué? —Preguntó al sentir su mirada sobre mí.

—No tenía ni idea que irías con nosotros. —Solté, alzando una ceja.

Él encogió sus hombros.
—Digamos que hablé con Deanna y le pareció buena idea que fuera parte de su grupo.

—Pero Rick dijo... —Intenté decir.

—Sé lo que dijo mi padre. —Cortó. —Ya no soy un niño. Además, Carol puede cuidar a Judith.

Asentí levemente, no muy convencida. Sabía que Rick se molestaría ya que a él no le parecía buena idea que Carl pusiera un pie fuera de Alexandria. Y lo entendía. Es su hijo. Me imaginaba que el hecho de esperar si Carl volvía con vida, era sumamente estresante.

(...)

Glenn abrió la gran cortina de metal y entramos al supermercado con precaución. Me adentré a uno de los pasillos sintiendo a Carl seguirme.

—¿Serás mi guardaespaldas o algo así? —Pregunté, tomando algunas latas y metiéndolas a mi mochila. Él tan solo permanecía detrás de mi con su arma entre sus manos, mirándome y de vez en cuando vigilando el pasillo.

—Si es necesario. —Encogió sus hombros, guardó el arma en su cintura y comenzó a ayudarme. —Digamos que no me da mucha confianza que andes por ahí con una navaja solamente.

—Sobreviví tres años de esta manera. —Le recordé.

—Aprender a usar un arma no te vendría mal. —Respondió, sonriendo un poco. Sabía lo que trataba de hacer. Él estaba intentando convencerme, sin embargo no lo lograría.

Rodeé los ojos y seguí caminando.

Me detuve al final de pasillo, una puerta grande y de metal yacía frente a mi. Tal vez era el almacén del supermercado. Intenté abrirla pero estaba cerrada.
—Carl. —Lo llamé a lo que él se acercó. —Creo que es el almacén. Si tenemos suerte, podría haber muchas cosas ahí dentro.

Él asintió. Tomó algo de impulso y corrió hacia la puerta para después caer al piso. Carl suspiró aún en el suelo.

Fruncí mis labios, tratando de no reír.
—Creo que no funcionó. —Hablé divertida, ayudándolo a ponerse de pié.

Él sacudió sus pantalones y volvió su vista a la puerta. Comenzó a golpearla con su pie, dando fuertes golpes.
—No funcionará. —Le dije. Segundos después, la puerta se abrió. Él me miró con una ceja alzada y rodeé los ojos con diversión.

Carl entró al lugar y no dudé en seguirlo.
—Está algo oscuro aquí. —Susurré tratando de encontrar algún interruptor. Una vez que lo encontré, lo encendí, deseando que hubiese electricidad. Sonreí triunfante cuando vi el lugar iluminarse.

La sonrisa se fue en segundos.
El lugar estaba prácticamente vacío. Tan solo unas cuantas latas en el piso.
Bufé.

—Si, creo que no fuiste la única que pensó en entrar aquí. —Habló Carl y lo miré mal.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora