LXVII: Friends?

4K 337 105
                                    

El sonido de una rama siendo pisada hizo que me sobresaltara. Miré a mi alrededor con el corazón completamente acelerado, a la vez que me ponía de pie. Di una mirada rápida hacia Jack, quien dormía cómodamente, manteniendo su espalda contra el tronco de un árbol y usando su suéter como cobija.
Max comenzó a gruñir levemente hacia una parte del bosque por lo que tomé mi arma entre mis manos y avancé lentamente hacia ahí.
Noté que un caminante se acercaba a paso torpe hacia donde el grupo dormía. Guardé mi arma y tomé mi navaja, me acerqué a él y lo encajé fuertemente en su cráneo. El caminante dejó de gruñir y cayó al césped.
Solté un suspiro mientras limpiaba mi navaja y miraba al cielo. La luz del sol comenzaba a hacerse presente, pronto amanecería.

Habían pasado cerca de dos meses. Dos muy largos meses.
El primer mes nos mantuvimos en aquella casa, todo iba perfectamente, hasta que la comida comenzó a escasear nuevamente.
En el segundo mes, nos mantuvimos deambulando por el bosque. Tan solo tratando de sobrevivir, sin saber a donde ir exactamente.

Me senté nuevamente sobre el césped, perdiendo mi mirada en el piso.
Comencé a pensar en lo que solía ser nuestro hogar.
Alexandria.

Recordé a Jesús.
Recordé a Carl.
Recordé a Abraham.
Recordé a Glenn.
A Rick. A Michonne. A Noah. A Enid. A Tara. A Aaron. A Gabriel. A Morgan. A Olivia. A Denisse. A Rosita. A Sasha. A Maggie.

Maggie...
Ella debería tener siete meses de embarazo ya.

No pude evitar preguntarme si ellos seguirían aquí, sobreviviendo al igual que nosotros...
Si lograremos encontrarnos nuevamente en esta vida... O en otra.

(...)

La flecha salió disparada, clavándose en el pecho de aquél ciervo, provocando que éste saliera corriendo al instante.

—Lo heriste. —Habló Daryl a mi lado, tomando nuevamente su ballesta. —No debe ir muy lejos, andando.

Comencé a correr detrás de Daryl, siguiendo el rastro de sangre que dejaba el ciervo sobre el piso, por lo que era más fácil saber hacia donde se había ido.
Caminamos un par de minutos hasta que Daryl se detuvo. Se giró hacia mi, haciéndome una señal de que guardara silencio. Lo miré con confusión hasta que señaló un punto específico en el piso.
Comprendí al instante al ver las huellas sobre la tierra, era obvio que no pertenecían a aquél ciervo o a cualquier otro animal. Era una huella de un zapato.

Avanzamos con sigilo, notando al ciervo tirado a unos cuantos metros de nosotros.
Los pasos acercándose nos hizo mirar a nuestro alrededor, buscando de donde venía aquél sonido.
Nos escondimos detrás de un arbusto, esperando ver a aquel caminante que estaba cerca.
Para nuestra sorpresa, un chico salió entre los árboles, mirando a su alrededor y dirigiéndose con velocidad hacia el ciervo.

—Eso nos pertenece. —Daryl le apuntó con su ballesta, a la vez que salía de su escondite.

El chico se giró al instante y llevó su mirada hacia Daryl.
—Lo siento. —Respondió. —Solo vi que estaba herido, no sabía que lo estaban siguiendo.

Daryl se acercó al ciervo, sin dejar de apuntar al chico.
—Mi nombre es Oliver. —Habló. —Llevo días tratando de encontrar comida y agua, pero no he tenido suerte. ¿Ustedes pueden ayudarme?

—¿Vienes con alguien más? —Pregunté. El chico no tardó en poner su mirada sobre mi. Él tenía ojos verdes y pelo castaño corto, parecía tener mi edad o ser un año mayor.

—No. —Dijo. —Solo yo.

Fruncí mi ceño, dudando en su palabra. El chico vestía pantalones negros y camisa negra, no parecía tenía ni un rastro de suciedad e incluso no llevaba una mochila con él.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora