XXXIV: Problems.

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—Cuídense. —Hablé mirando a Carl y Jesús. Ambos asintieron.

—Andando, Sophie. —Escuché la voz de Carol decir a mis espaldas.

Suspiré, mirando una vez más a los chicos.
—No dejes que te vean. —Le murmuré a Jesús.

—No lo harán. —Respondió, cubriendo su rostro con un pañuelo.

Si alguno de los salvadores lo reconocían, Hilltop estaría en peligro

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Si alguno de los salvadores lo reconocían, Hilltop estaría en peligro.

Abracé rápidamente a ambos y corrí sigilosamente hacia mi posición con Maggie y Carol. Básicamente, vigilaríamos desde fuera. Cualquier cosa sospechosa, les avisaríamos inmediatamente. No era una tarea difícil pero seguía siendo peligrosa, especialmente para Maggie.

La camioneta se acercó hacia la entrada del puesto de los salvadores. Una luces rojas se encendieron y una voz habló, no pude escuchar lo que decía debido a la distancia. El chico de Hilltop bajó de la camioneta con la bolsa en sus manos. Dos hombres estaban frente a él, la tomaron y sacaron la cabeza de ella. La observaron durante unos segundos pero al final rieron.

Lo habían creído.
Genial.

Uno de ellos volvió a entrar.

Esa era la señal.

Noté como Rick, Carl, Jesus, Glenn, Daryl y otros más, salían de sus escondites y asesinaban sigilosamente a aquél hombre obeso para después llevarse su cuerpo. Dejaron el lugar totalmente limpio, libre de sospechas y volvieron a sus escondites.

Un par de segundos después, el otro hombre salió con Craig, el hermano de Ethan. Una vez que estuvo afuera, nuevamente los chicos salieron de su escondite, asesinándolo. Los chicos de Hilltop metieron a Craig al auto y se marcharon mientras que los demás entraban al puesto de los salvadores.
Mi corazón entró en pánico en cuanto los perdí de vista. Respiré profundamente, tratando de calmarme.

Todo estaría bien.

Unos 10 minutos después, una alarma comenzó a sonar.
—Mierda. —Maldije con el corazón queriendo salirse de mi pecho. —Están en peligro. —Rápidamente cargué mi arma y comencé a caminar hacia el puesto.

—No. —Carol me detuvo, tomándome del antebrazo.

—Tengo que hacerlo. Los salvadores saben que están ahí.

—Yo también iré. —Habló Maggie, asintiendo.

—No irán. Se quedarán aquí. —Soltó Carol. Maggie la miró, frunciendo su ceño.

Noté una silueta detrás de Maggie y no dudé en sacar mi arma y apuntar. El hombre quitó el seguro de su arma, dispuesto a disparar. Presioné el gatillo, la bala atravesó su brazo provocando que el tipo cayera al piso. Maggie y Carol se giraron inmediatamente. La castaña se acercó al hombre, dispuesta a terminar con él. Una pistola en mi cabeza hizo que mi corazón se detuviera por un momento. Me quedé sobre mi lugar, mirando por el rabillo del ojo a la mujer de pelo naranja que se encontraba a mi lado, apuntándome.

Mierda.

¡Alto!... o la mato. —Gritó la pelirroja a mi lado, llamando la atención de Maggie. —Las armas en el suelo.

La castaña miró a su alrededor, notando a las tres mujeres apuntándonos con sus armas mientras que el hombre seguía en el piso soltando gemidos de dolor.  Lentamente dejé la pistola sobre el césped al igual que Maggie y Carol.

Creo que estamos en problemas.

A lo lejos, noté como un hombre cayó de la motocicleta y Rick le apuntó con su arma.
—Mierda. Lo tienen. —Maldijo la pelirroja para después buscar en sus bolsillos, sacando aquél objeto. —Baja el arma imbécil. —Habló a través del walkie-talkie. —Todos bajen el arma.

Carl miró a su alrededor al igual que los demás, tratando de localizar a la mujer que hablaba. Rick tomó el walkie-talkie del hombre en el suelo, sin dejar de apuntarle.
Muéstrate. Hablemos.

—No vamos a salir pero si hablaremos. —Le respondió la mujer para luego dirigirse hacia nosotras. —Sus nombres, rápido. —Nos quedamos en silencio, nadie decía palabra alguna. —Díganme sus malditos nombres. —Insistió.

Bufé, sintiendo como la chica morena apuntaba nuevamente a mi cabeza con su pistola.
—Maggie, Carol y Sophie. —Respondí, controlando mis ganas de golpearla en el rostro.

—Tenemos a Carol, Maggie y Sophie, supongo que es algo de lo que van a querer hablar. —Habló a través de walkie talkie. Y a pesar de la distancia, pude notar como sus rostros cambiaban a preocupación. —Vamos a resolver esto ahora y será a nuestro modo.

Jesús puso de pié a aquél hombre. Daryl lo sostuvo mientras que Glenn apuntaba a su cabeza.
Tenemos a uno de los tuyos. Negociemos. —Habló Rick una vez más.

 —Habló Rick una vez más

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—¿Qué propones?

Quiero hablar con ellas primero, quiero saber si están bien. —Pidió Rick. La mujer colocó el walkie talkie frente a cada una de nosotras para decirle a Rick que estábamos bien. —Este es el trato... déjenlas ir y les daremos a su amigo.

—¿Tres por uno? Ese no es un buen negocio.

No tienen otra opción o ya habrían hecho algo al respecto. —Respondió.

La pelirroja suspiró, mirando a su alrededor.
—Él es el único que podía curar a Donnie. —Habló la otra mujer. La mayor de las tres.

—Se desangrará si no hacemos algo, Paula. —Añadió la morena.

—Ya se me ocurrirá algo, Michelle. —Respondió Paula, estresada por la situación.

—Todo gracias a ella. —Agregó aquél hombre, Donnie. Me miró con enfado mientras soltaba gruñidos de dolor, con la camisa llena de sangre.

—Te contactaré. —Habló Paula a través de walkie-talkie.

De repente, un golpe en mi cabeza me hizo caer.
Y todo se volvió negro.

(...)

Abrí mis ojos lentamente, sintiendo un gran dolor en la parte trasera de mi cabeza.
—Está despertando. —Escuché la voz de "Michelle".

—Menos mal. —Habló Paula ésta vez. —Otra estupidez como esa y te juro que te rompo la cara. —Amenazó, señalando con su dedo a Donnie.

Miré a mi alrededor, estábamos en un lugar diferente. Intenté moverme un poco pero fue imposible. Tenía mis manos atadas al igual que mis pies y mi boca estaba cubierta.
—¡Esa perra me disparó! —Se quejó. —Yo solo...

—Me importa una mierda, Donnie. —Paula lo interrumpió, molesta. —Las necesitamos con vida... por ahora.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora