Always | Carl Grimes (Pausada)

LXXII: Family.

—¿Vas a contarme ya? —Jack dijo al sentarse a mi lado.

—¿Qué? —Solté confundida ante su repentina aparición.

Sus ojos verdes se posaron en mi, alzando una de sus cejas.
—Algo pasó, ¿no? Te has estado comportando muy raro desde que llegaste. —Habló. —Además, tienes la cara roja como un tomate.

—Mierda. —Murmuré tocando mis mejillas, tratando de ocultarlas.

Habíamos llegado hace una hora aproximadamente, Ashton y yo no habíamos tenido oportunidad de hablar desde entonces... O quizás ambos estábamos demasiado avergonzados como para intentar hablar en este momento.
Suspiré, dando una mirada rápida a mi alrededor, asegurándome de que no hubiese nadie cerca.
—Ashton me besó. —Confesé.

—¿¡Ashton te besó!? —Repitió sorprendido, alzando un poco más la voz.

—¡Shhhh! —Cubrí su boca con mis manos al instante. Nos encontrábamos sentados en una banca debajo de un árbol, agradecí mentalmente de que estuviésemos lo suficientemente lejos de la granja como para que alguien nos escuchara... o al menos eso esperaba. —Baja la voz. —Pedí mirándolo con el ceño fruncido.

—Temgo uma pregumta. —Lo escuché murmurar de debajo de mi mano, la cual retiré de su boca al instante. —¿Carl no estaba con ustedes?

Negué.
—Él y Lydia estaban en la casa de al lado. Yo estaba con Ashton cuando una horda nos emboscó. Intentábamos salir por el tejado cuando casi muerden a Ash y... solo pasó. —Expliqué. —Fue tan rápido que ni siquiera pude procesarlo.

—¿Y qué piensas? ¿Crees sentir algo por Ashton?

—No lo sé. —Suspiré. —Ashton es una buena persona y un chico muy lindo pero...

—Pero aún amas a Carl. —Añadió, completando la oración. Asentí, cubriendo mi rostro con mis manos. —¿Él los ha visto?

—No estoy segura. —Retiré mis manos para poder mirar al ojiverde. —Pero a él no debería importarle.

—No debería... pero si que le importa. —Soltó con una sonrisa burlona sobre su rostro.

—Él está con Lydia ahora. —Le recordé.

—¿Y? Eso no significa que él ya no sienta algo por ti. —Contestó. —Si fuese así, no estaría muriéndose de celos ahora mismo.

—¿Cómo puedes estar seguro de eso?

—Por dios, Sophie. ¿A caso eres ciega? —Preguntó, rodando sus ojos. —Carl está tan celoso que casi suelta espuma por la boca. Luce como un perro con problemas de rabia.

—Jack... —Reproché.

—Solo digo que es un poco obvio. —Soltó una risilla. —Carl no para de matar con la mirada a Ash cada que tiene oportunidad.

Noté a lo lejos como Maggie salía de la granja y comenzaba a caminar hacia nosotros.
—Hablaremos sobre esto más tarde. —Le murmuré. —Maggie se está acercando. —La castaña nos sonrió a lo lejos, gesto el cual imitamos.

Jack se puso de pié en cuanto ella estuvo frente a nosotros, dejándola sentarse en su lugar.
—Iré a ver si Carol necesita algo. —El ojiverde avisó, a lo que ambas asentimos en respuesta. Jack nos dio una sonrisa para después alejarse.

Un silencio cómodo se formó en el lugar.
Miré al cielo, disfrutando del día nublado y el cantar de los pájaros. Noté como Maggie posaba sus manos sobre su vientre, masajeándolo con suavidad.