XVII: Safe.

10.1K 892 68
                                    

Después de unos segundos, deshicimos aquel abrazo.
A lo lejos pude observar a Ron, quien caminaba rápidamente hacia su casa con su ceño fruncido. Parecía molesto.
Le resté importancia y llevé mi mirada al castaño a mi lado.

—¿Que hay de ti? —Pregunté. —¿Crees que estés aquí por algún propósito?

Carl soltó un suspiro y sonrió levemente para después mirarme.
—Estoy comenzando a creerlo.

Tragué saliva con dificultad, mientras apartaba la mirada hacia algún punto en el suelo con una sonrisa tonta en el rostro. Sentía mis manos sudar, demonios.

—Tal vez sea el cuidar de Judith. —Añadió nerviosamente. —Y enseñarle todo lo necesario para sobrevivir. —Asentí, intentando controlar el calor en mis mejillas. Agradecí nuevamente al cielo por que era de noche y no podía percibir el color de mi rostro, seguro parecía un tomate en estos momentos.

(...)

Llevé la goma de mascar a mi boca, disfrutando su sabor y guardé el paquete en mi bolsillo.
Los rayos de sol se colaban entre los árboles, apenas estaba amaneciendo. Me senté en aquél tronco y suspiré.

Recordé aquellos momentos donde mi familia y yo solíamos ir a acampar, nos acostábamos sobre el pasto y mirábamos el amanecer.

Realmente extrañaba esos momentos.
Extrañaba a mi familia.

Unas ramas secas siendo pisadas me sacaron de mis pensamientos.
Rodeé los ojos con diversión, al saber de quién se trataría. Esto de seguirme cada vez que saltaba el muro era una costumbre para él.

—Deberías ser menos ruidoso la próxima vez. —Hablé escuchando sus pasos acercarse, pero mi piel se estremeció al instante cuando un gruñido fue su respuesta.

Me giré, notando al caminante frente a mi. Retrocedí rápidamente pero el caminante ya se había lanzado sobre mi, caí al piso mientras intentaba alejarlo por los hombros.

Recordé que mi navaja estaba en mi bolsillo trasero, pero si intentaba tomarla y retiraba una de mis manos del cuerpo putrefacto, éste me mordería. Nauseas me invadieron al percibir el olor del caminante sobre mi. Con más fuerza intenté alejarlo de mi, logrando que el caminante cayera a mi lado. Me puse de pié rápidamente, mientras lo veía levantarse, llevé mi mano a mi bolsillo trasero buscando mi navaja pero no estaba ahí.

—Mierda. —Maldije. Llevé mi mirada al piso, buscándola. Debió haberse salido de mi bolsillo cuando caí al suelo pero éste estaba adornado con ramas y hojas secas, no lograba verla por ningún lado.

Más gruñidos captaron mi atención.
Tres caminantes más se acercaban a mi.
Tenía que irme, ahora.
Sin pensarlo dos veces, comencé a correr, alejándome rápidamente de ahí.
Me dolía el hecho de perder mi navaja, pero no quería morir. No así.
Seguí corriendo hasta que choque con algo, o mejor dicho, alguien.

—¿Sophie? —Carl frunció su ceño, tomándome de los antebrazos con delicadeza al verme respirar aceleradamente. —¿Qué está pasando?

Abrí mi boca para responderle, pero los gruñidos hablaron por mi. Carl llevó su vista hacia atrás de mi. Debían ser más de diez caminantes. Tomé su mano, motivándolo a correr.

Me di cuenta que ya estábamos algo lejos de Alexandria cuando algunas casas abandonadas aparecieron en mi vista. Carl intentó avanzar, pero yo me quedé parada sobre mi lugar. Él se giró a mi dirección al notar que no estaba caminando, pues nuestras manos seguían unidas. Me sonrojé instantáneamente al notarlo.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora