Intenté abrir los ojos, pero éstos volvían a cerrarse involuntariamente.
Mis párpados estaban pesados y mi cuerpo no respondía.
Sentí como unas manos tomaban mis mejillas, tratando de despertarme.
—Sophie, ¿puedes oírme? —La voz de Carl hizo que mi corazón se acelerara inmediatamente.
—Carl... —Intenté llamarlo pero de mi boca solo salió un murmuro inaudible.
¿Todo había sido una jodida pesadilla?
Una vez más, intenté abrir los ojos.
El rostro de Ashton lleno de preocupación fue lo que vi antes de que estos volvieran a cerrarse.
Estaba segura que esto no había sido un sueño.
Podía escuchar sus gritos, como si estuviese a kilómetros de distancia.
Esto realmente estaba pasando.
Todo fue real.
Carl no estaba aquí.
—¡Sophie, escúchame! ¡Tenemos que irnos! —Finalmente escuché la voz de Ash, al borde de la desesperación.
Intentaba mantener mis ojos abiertos, pero mis párpados pesaban.
—¡Mierda! —Escuché a Daryl gruñir. —¡SOPHIE! —Gritó éste haciendo que volviera a la realidad en cuestión de segundos.
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Parpadeé un par de veces para después mirar a mi alrededor, los caminantes estaban cada vez más cerca. Daryl y Ashton eliminaban a unos cuantos, tratando de mantener la distancia lejos de ellos.
Me levanté del piso, tomando aquél sombrero de sheriff para después comenzar a correr junto a Ashton y Daryl fuera de Alexandria.
El nudo en mi garganta volvió a hacerse presente al ver a Alexandria consumiéndose por el fuego y repleta de aquellos cuerpos putrefactos.
Los salvadores no sólo habían destrozado mi hogar...
Me habían quitado al amor de mi vida.
Pero, todo lo que se hace en ésta vida, se paga...
Y ellos, pagarían por ello.
De eso estaba segura.
(...)
Carol vertió aquel líquido transparente en la pierna de Jack, quien inmediatamente soltó gemidos de dolor, los cuales fueron casi inaudibles por la prenda entre sus dientes. Ashton y Daryl lo sostenían por los costados sobre una mesa de madera, evitando que pudiera moverse y complicar el trabajo que Carol estaba haciendo.
