9.20 Diferente

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Algunas personas comprendían el significado de la palabra ¡mesura!, y luego estaban los idiotas.

Sirios quería matar al idiota, pero estaba demasiado ocupado recostado boca abajo, lo ideal era permanecer en esa posición el resto del día – mi traserito te odia – le dijo a Liam al verlo abrir los ojos.

A Liam le tomó un minuto despertar por completo y darse cuenta de lo que había hecho, miró a Sirios recostado sobre la cama con una sábana cubriéndole la cadera y el tatuaje del cráneo con una serpiente sobre su espalda desnuda – tú...

– Pídele perdón a mi traserito.

Liam tragó saliva – lo siento mucho – dirigió su atención a esa parte específica del cuerpo de Sirios – te traeré algo para el dolor.

– Por supuesto que me vas a traer algo para el dolor, y la comida, por tu maldita culpa no voy a poder salir de la cama, hoy más te vale que me mimes o te abriré un segundo agujero cuando sea mi turno.

– ¿Tu turno?

– Yo soy un activo – toda su vida fue el de arriba, nunca, ni una sola vez se le ocurrió ir debajo de otro hombre, ese momento debía borrarlo de su vida.

No pasó.

No sucedió.

Tenía amnesia selectiva.

Punto.

Liam dejó la habitación y encontró a Ángel limpiando como si fuera inocente.

– Buenos días, ¿durmieron bien?, me sorprendieron, pensé que se tomarían tres horas, no ocho, ya me estaba asustando.

– ¿Qué era lo que estabas planeando?

– Unión, nos llevaremos mejor ahora que ustedes arreglaron sus diferencias y todos trabajaremos juntos y felices, ah, y no te preocupes, ya arreglé lo de mi habitación, es la grande de allá, ustedes pueden quedarse la pequeña, fue su primer nido de amor y entiendo que esas cosas son importantes.

Liam no pudo creer lo que escuchaba – lo pregunté en serio, ¿qué era lo que estabas pensando?, pude atacarte.

– No eres esa clase de persona, sabía que te detendrías, ¿y cómo está Sirios?, ¿puede caminar?

– Tú...

[Anfitrión, pierde su tiempo, ¿cómo está el virus?, le estuvo gritando a su traserito toda la noche y nos asustamos, preparé un paquete para el día después de una noche ruda, hay un ungüento, medicamento y cremas], [y por ser para el virus, lo compré, aunque no estaban en oferta], [así de grande es mi cariño]

– ¿Por qué lo llamas virus? – preguntó Ángel.

[Tú no te metas]

Liam se apartó de Ángel antes de llegar a la conclusión de que le faltaba un buen tirón de orejas y se encerró en el baño – dijiste que tu análisis no fue concluyente.

[Su huella de alma no es la misma, pero no es la primera vez que su alma sufre modificaciones]

Liam también lo pensó, por esa razón se mantuvo cerca observando todas sus manías y las diferencias lo tenían confundido.

No se comportaba como un personaje transmigrado, en dado caso, parecía tener los recuerdos y la personalidad de Sirios Hein, actuaba como él, disparaba con la misma experticia y tenía el hábito de fumar.

Dogo jamás fumó, ni siquiera por capricho o curiosidad, siempre que pasaban junto a una persona fumando comenzaba a toser, en su décimo aniversario con Nicolás, tuvieron que cambiar de restaurante porque un cliente se puso a fumar cerca de su mesa.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora