10.23 Investigación (3)

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Cielo tenía un único ojo abierto, tomó la alarma y miró la hora – las cuatro de la mañana – luego regresó la vista al celular – estoy durmiendo.

- Vi a Eder.

Con pocos ánimos Cielo encendió la lámpara junto a la cama, se talló los ojos y resopló - ¿en dónde?

- En un laboratorio militar – dijo Fred en voz baja y mirando la puerta de la habitación para escuchar si Liam despertaba – antes de que se fuera le regalamos varias gemas, ¿lo recuerdas?

- Claro, fue por protección.

- Abrió una investigación con presupuesto militar y planea construir un arma de destrucción que atraviese nuestros escudos.

Cielo se tomó un minuto para procesarlo - ¿qué es lo que quiere?

- Lo de siempre, paz mundial.

Cielo soltó una risotada, era increíble que las personas que anhelaban la paz, comenzaban creando armas.

- Piensa que sin nosotros la humanidad podrá avanzar la paz.

- Porque somos el obstáculo.

Nadie veía al racismo, a la discriminación, la violencia de género o a la cultura de superioridad como el problema, nadie miraba hacia la década de los ochenta cuando ellos iniciaban su misión y las violaciones de omegas se convirtieron en una estadística, esa realidad la trataban como un pequeño obstáculo en el camino a la redención.

Y ellos eran el problema, la torre con sus demonios, ellos eran el obstáculo que impedía que ese mundo brillara, a Cielo le habría gustado que la humanidad descubriera que sus preciados inhibidores habían sido obra del mismo hombre al que condenaban, pero estaba segura que aun sabiéndolo, nada cambiaría - ¿qué tan avanzada está la investigación?

- Bueno, Eder jamás fue muy inteligente, tiene la ventaja de haber recibido las gemas directamente de nosotros, las de cubo, su investigación fue reabierta y tiene apoyo, pero no es capaz de lograrlo, sus algoritmos están equivocados y no sabe de la evolución de las gemas, por desgracia – suspiró – las personas que estarán ayudándolo son muy capaces.

Alex era como un maestro de cómputo que pasaba el día hablando de su novia, pero cuando se sentaba frente a una computadora trabajaba tan rápido que no había forma de seguirle el paso, Gregory era el maestro suplente sentado en la sala de maestros coqueteando con los profesores de tiempo completo hasta que había una ausencia y sin importar qué clase fuera, él la daba perfectamente, era un excelente improvisador y no tenía miedo, Katia Clerinton era la directora, la mujer organizada, pulcra y con voz firme que se aseguraba de que todos hicieran su trabajo en tiempo y forma y finalmente Liam, él era el supervisor, de la clase que llegaba y resolvía cualquier problema sin importar que se tratara de una tubería tapada o de una invasión alienígena.

Esas personas – lo descubrirán.

Cielo se aferró al teléfono – iniciaré la evacuación, mantenme al tanto y avísame cuándo sea el momento de destruir su investigación y respecto al plan de respaldo, me dejarás hacerlo a mi modo, ¿cierto?

- Seguro – bostezó – estamos en contacto.

Volvió a la cama y descubrió que Liam dormía, así que lo despertó para que lo abrazara.

La mañana siguiente fue diferente a como la imaginaron, todos sabían que pasarían el día en el laboratorio de investigación, lo que no sabían era que el termómetro marcaría cuarenta y dos grados centígrados.

Cinco pasos después de salir de sus departamentos y caminar por el pasillo para bajar los escalones todos estaban sudando.

- Me voy a derretir – se quejó Erick.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora