10.21 Investigación (1)

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Técnicamente fue su descuido.

Y ¡técnicamente!, era una palabra muy grande.

Fríamente hablando no tenía forma de saber que Liam despertaría, tal vez su pareja predestinada venía con un rastreador integrado, lo cual era muy conveniente porque pasaban por múltiples mundos y con la población mundial era como buscar un grano de arena en el desierto.

Y él no tenía forma de saberlo, por eso pensó que estaría bien salir a pasear un rato y de paso abandonar su cuerpo.

Si, técnicamente fue por completo su culpa.

– Lo siento mucho – se disculpó.

Pero Liam no lo culpó, él se veía demasiado feliz de que hubiera vuelto como para culparlo o regañarlo y eso lo hizo sentir peor.

La conversación con Cielo volvió a su cabeza.

Después de una hora explicándole los diversos mundos, el escenario, la situación general y su papel en esos mundos o el de su querido Liam, Cielo se recargó sobre la silla.

– ¿Bebiste?

– No esta noche y no con este cuerpo.

– ¿Te drogaste?

– No, a menos que le hayas hecho cosas raras a mi cuerpo mientras dormía – se abrazó y buscó marcas de piquetes de aguja.

Cielo respiró profundamente – asumiremos que te creo, y que tú y ese hombre tienen un destino cósmico.

Él jamás usó esa frase, pero le agradó.

– ¿Qué pasará ahora?, no puedes quedarte en el cuerpo de ese omega, tal vez no te des cuenta, pero lo estás engañando, ¡este eres tú! – lo señaló – el verdadero tú, destruiste edificios a mi lado, liberaste a decenas de miles de omegas, pero tomaste muchas vidas para lograrlo y tú y yo sabemos que hubo muchos daños colaterales en esas misiones.

Manon bajó la mirada.

– ¿Qué crees que suceda cuando tu pareja predestinada descubra la verdad?, ¿recuerdas a Eder?, por mucho tiempo estuvimos a su lado, se quedó en la torre después de casarse y nos dejó ayudarlo a criar a Rafael, pero jamás entendió lo que hacíamos y era nuestro amigo, las personas allá afuera ven una sola perspectiva, la suya, y para ellos no somos diferentes de monstruos.

Las manos de Manon se apretaron – él no es así.

– ¿A no?, en todas esas vidas le estuviste ocultando tus instintos asesinos, si es tan comprensivo, ¿para qué ocultarlo?

No hubo respuesta.

– Lo imaginé, él puede decirte que te ama, lo hace porque es fácil y encajas en sus gustos, pero cuando descubra que tu verdadero ser es muy diferente a lo que él imagina, te dejará.

Por sus historias Manon sabía que en su vida pasada fue un asesino y Liam estuvo a su lado – no pusiste atención.

– La puse, más de lo que imaginas, Manon, tú eres siempre el que se sacrifica, diste tu vida y tu alma por esa persona, abandonaste a tu familia, dejaste todo para seguirlo y ni siquiera sabemos a qué renunciaste en esa vida cero que convenientemente tu monje no te deja conocer, ¿qué hay de él?, ¿qué sacrificó por ti?

– Suenas como Rafael.

– Es porque estoy de acuerdo con él.

Manon asumió que su hermana y su sobrino se unieron en su contra – ¿qué te hará cambiar de opinión?

Cielo cruzó los brazos – lo pondré a prueba y tienes que dejarme hacerlo.

– ¿Qué clase de prueba?

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora