10.27 ¿Confías en mi?

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El primer hombre en llegar al departamento fue el capitán Diaonis, entró a la habitación y se encontró con Liam, respiró profundamente y se sentó en uno de los sillones – es una gran oportunidad.

- Es un juego – completó Liam – capitán usted los conoce, iniciaron una cruzada en contra de todos los alfas, no pueden repentinamente querer una ofrenda de paz.

El capitán Diaonis asintió – pensamos lo mismo, sin embargo, hay ciertas atenuantes.

- ¿Qué atenuantes?

- No fuimos los únicos que escuchamos el mensaje, muchos civiles están enterados, es trópico en internet.

- Trending topic – lo interpretó.

- Todos se preguntan por qué no hemos aceptado, es la primera vez en décadas que Lucifer acepta un trato y sí dejamos pasar la oportunidad seremos acusados de no esforzarnos lo suficiente.

Liam le dio la espalda.

- Su último ataque causó una gran destrucción, perdimos todos los pisos y somos conscientes de que se volvieron más fuertes en esta década, hijo, no podemos enfrentarlo.

Los edificios de investigación jamás recibieron tantas visitas y la siguiente fue el diputado Sebastián Milos.

El rostro duro del hombre de cincuenta años denotaba su estado de humor y pasó entre los soldados para abrirse paso al edificio, en la parte de abajo reconoció el rostro de su segundo hijo.

¡El omega!

Tener un hijo con ese defecto fue doloroso y consideró muchas veces darlo en adopción o fingir su muerte, pero al final resultó ser mucho más útil de lo que imaginó, una forma fácil de controlar a su hijo mayor Jonathan, comprendió que Frederick nació con un propósito y era más importante que nunca.

Subió los escalones.

- Eso fue frío – habló Erick al ver la forma en que el diputado Milos trataba a su hijo y le lanzó una mirada al chico delgado en la otra banca que estaba ocupado hablando con Ethan, el hijo del investigador Jaciel.

Ethan era muy pequeño cuando dejó la torre, un bebe en brazos de su madre que gimoteaba mientras Cielo y Eder discutían.

- ¿Estás seguro de que lo viste?

Fred asintió – estaba vivo, la investigación avanzaba y tal vez tenga información que necesitan, no lo matarán.

- Pero lo torturarán.

- ¿Qué imagen tienen de Cielo? – pensó Fred – yo, no creo que lo hagan, tu padre, es del tipo que dice sus opiniones sin necesidad de tortura, le gusta que lo escuchen – sentenció con los brazos cruzados.

Ethan volteó a verlo – él no es así.

- Sí lo es, cuando era niño – se detuvo de golpe y frunció los labios – leí una historia en internet sobre él cuando era niño y ya la olvidé – se levantó – iré por una soda, ¿quieres una?

Ethan asintió – de uva.

Fred fue a comprar una soda de naranja para él y una de uva para su sobrino.

El diputado Milos llegó al departamento de Liam y el capitán Diaonis se levantó para darle la bienvenida, en cuanto a Liam, regresó la vista hacia la ventana dándole la espalda a su padre.

- Diputado, me da gusto que haya tenido tiempo para reunirse con nosotros.

- Es necesario, el bienestar del pueblo siempre ha sido mi prioridad – recitó Sebastián Milos – capitán, sí me permite, me gustaría hablar a solas con mi hijo.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora