10.4 Piso sesenta y cuatro

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– Aquí el capitán Diaonis, repita su información.

– Aquí ángeles caídos, five to go – se corrigió al ver al chico que no podía tener más de quince años aferrado a la cintura de Liam – pobre chico – pensó – te tocó el peor hermano de este mundo.

– Informe de su posición.

Fue Úrsula quien buscó esa información y respondió moviendo sus labios.

– Piso sesenta y cuatro.

– Ángeles caídos, ¿pueden continuar con la misión?

Erick no esperó a recibir la confirmación de Liam para responder – afirmativo.

El casco le quedaba muy grande y al apartarlo de su rostro sus ojos verdes y su cabello castaño resaltaron, el chico sonrió mostrando los dientes – hermano – y lo abrazó pegando su mejilla al pecho de Liam.

Se separaron solo unos minutos atrás, todavía estaba abrazándolo cuando la torre fue destruida y fue lanzado a la siguiente misión, nunca antes se separaron por un tiempo tan corto y al pasar los dedos por el cabello castaño claro, casi rubio, rozó su oreja deslizando los dedos hacia la parte de atrás.

– Hermano – dijo el chico hundiendo la cabeza por el cosquilleo.

[Anfitrión, este chico es Frederick Milos, su hermano menor, tienen los mismos padres y es un omega], [>,<]

La familia Milos era lo bastante poderosa como para ocultar esa información y Jonathan prometió que lo cuidaría, los dos eran muy unidos desde la muerte de su madre y tenían los mismos ojos verdes.

– Hermano.

Liam le sonrió – niño, ¡ni siquiera me diste tiempo de extrañarte! – pensó.

Úrsula puso la mano sobre la cabeza Frederick – te pusiste el casco mal, déjame ayudarte.

Frederick se apartó y metió la cabeza en el interior del abrigo de Liam.

[Anfitriona, debo informar, debido a una relación preexistente entre Jonathan Milos y Katia Clerinton, este jovencito la odia]

Úrsula alzó una ceja – ¿yo salí con eso? – pensó con una mueca.

Liam compartió el sentimiento.

[Anfitriona, fueron solo dos noches]

Nadie preguntó por lo que pasó esas dos noches.

[Dile a tu anfitriona que se aleje, mi anfitrión es mucho caviar para su cuchara], [>,<]

Erick estalló en una risa estridente – y yo pensé que mi sistema era grandioso, oye, pásame tus ajustes de personalidad.

Liam le advirtió con un movimiento del brazo, delante de extraños no podían hablar de sistemas – revisen sus provisiones, tenemos que terminar de limpiar el piso, Yoan irá al frente, Clerinton cuidará la retaguardia, Alex y yo estaremos a cargo de colocar los sensores, tenemos que agrandar la zona segura y tú – se agachó y sujetó los hombros de su hermano – quiero que te quedes cerca de Clerinton y no te alejes hasta que terminemos de limpiar el piso, ¿de acuerdo?

– Ajá.

Al separarse Úrsula lo alcanzó – no puedes ponerme en la retaguardia, soy tu segunda al mando.

– Por eso lo hago, si no podemos manejar una amenaza tú serás nuestra última esperanza y te lo dejaré claro, si mi hermano sale herido voy a hacer tu vida miserable – la amenazó – ahora sigue la orden, segunda al mando.

Úrsula quiso quejarse, pero aceptó su misión en consideración a la descripción de su personaje, sin importar cuán molesta estuviera, Katia Clerinton nunca dejaba de seguir una orden. Se posicionó en la parte de atrás, encendió su escáner y bajó la caratula de su casco para estar al tanto de cualquier forma de vida que respondiera al patrón de los demonios, luego miró a Frederick y captó el segundo exacto en el que el chico miró hacia atrás y le mostró la lengua.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora