7.42 Pareja predestinada (2)

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Con quince años Max ya era bastante alto y Avis tenía que mirarlo hacia arriba, su manejo con el arco mejoró mucho y sostenía la espada con habilidad, sin embargo, después de un par de meses de entrenamiento, Liam descubrió que el arma que sacaba todo su potencial no era la espada que tanto quería, sino una lanza y en su cumpleaños número dieciséis Max obtuvo una lanza directo de la tienda del sistema.

Su habilidad era impresionante y su capacidad con los estudios superaba a Avis.

Después de su acto inconsciente durante el festival se había redimido y se comportaba más sensatamente.

El único tema a tratar, era su vida amorosa.

A los doce anunció que se casaría con una de las empleadas de la tienda, a los trece se presentó con la hija de una panadera, a los catorce con un niño que trabajaba de mensajero y a los quince el nombre de su infancia volvió a repetirse.

Yeny.

No era problemático que tuviera varios amores, el problema era que juraba amar a cada uno y daba su palabra de que iba a casarse, si no lo tomaba en serio Avis sentía que iba a tener muchos problemas.

– Hemos hablado de esto muchas veces, no me importa si es hombre o mujer en tanto estés enamorado, pero tienes que decidirte, no puedes tener varias esposas.

– El tío Helian está casado con cuatro, un hombre y tres mujeres.

Se formó una arruga en la frente de Avis – te gusta Yeny, ¿cierto?

Max asintió.

– ¿Te gustaría que él te tuviera como esposo a ti y a otros tres hombres y que solo se te permitiera verlo unos cuantos días al mes?

– ¿Qué?, no, ¿por qué?, él es mío – se sobresaltó.

– No quieres compartirlo, pero está bien que él te comparta.

– Eso... – dudó y miró a su padre en busca de auxilio.

Liam encontró muy divertida la plática y le dio un beso a Avis para que se calmara – hablaré con él, no es bueno para tu piel que te estreses – dio pequeños toques en su frente sobando hacia abajo para desaparecer la arruga – te alcanzaré en un minuto.

– Golpéalo fuerte si hace falta.

Max salió de casa seguido por su padre y torció la boca en una mueca – ustedes no lo entienden, se tienen el uno al otro, a mí nadie me quiere.

Para Avis, su hijo rebelde había cambiado de pareja una y otra vez en los últimos dos años, eso era porque la verdad era demasiado triste para decirla en voz alta.

Él no cambiaba de pareja, lo dejaban.

Su primera novia reclamó que él no tenía tiempo para ella y la segunda le confesó que no lo quería en serio y que quería ver a otros chicos, él quería tener una relación como la de sus padres, pero no le salía como quería.

– Ese chico, Yeny, ¿de verdad te gusta?

Max se encogió de hombros – a él le gusto.

Una persona que lo quería sería menos renuente a dejarlo y así él podría formar una familia y tener una relación como la que sus padres tenían, una en la que no era necesario hablar para entenderse o en la que ambos sonreían cada mañana.

Parecía ser agradable.

– Tu papá quiere que seas un hombre respetable y comprometido y lo que yo quiero es que encuentres a alguien a quien ames, falta lo que tú quieres, si estás saliendo con ese chico solo para tener a alguien en tu vida entonces tarde o temprano le harás daño y no creo que ese chico lo merezca.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora