12.11 Cena en familia

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Respondió la llamada en la casa de Max y caminó hacia el jardín - hola mamá.

- No has llamado.

- Estaba ocupado con los exámenes de fin de semestre.

Se escuchó un resoplido - si ya saliste de vacaciones tienes que venir a la casa.

Pensó en su trabajo, la escuela, toda su vida y se sintió como un archivo cuyo programa había sido removido, recordar sus vidas pasadas lo dejó descolocado - iré en un par de días, pero no me mudaré.

- Tienes que pasar tiempo con la familia.

- Déjalo, sí no quiere venir, que no venga - se escuchó la voz de su padre.

Robin rodó los ojos recordando cómo se sentía su pecho cuando su padre lo menospreciaba y de repente se sintió como un idiota por haberle dado importancia - si no me presento a trabajar no podré pagar el siguiente mes de renta, iré el fin de semana a cenar y regresará a mi departamento, nos vemos.

No mucho tiempo después, cuando caminaba por el jardín hacia el coche de Max, entró otra llamada y se apartó - hey.

- ¡No vendrás!

- Tengo un trabajo, lo siento, te veré el fin de semana para comer.

Del otro lado de la línea se escuchó un largo suspiro - te extraño.

- Yo también, te veré luego - colgó la llamada de Francis y regresó al coche, estaba muy lleno y quería ir a casa a descansar su estómago.

Max lo miró - ¿te gustaría conducir?

Y Robin dio un paso atrás - ¿puedo? - sus ojos se agrandaron y saltó sobre el frente del coche como vio a muchas personas hacer en la televisión, solo que su pantalón no se deslizó como debía y le faltó estilo, pero llegó al otro lado y tomó las llaves.

... ... ...

Ángel miró a la izquierda, luego a la derecha, una vez más y entonces parpadeó - él - señaló a Liam - ¿él es mi papá?

Dogo asintió.

- ¡Tiene mi edad!

- Soy tres años mayor - defendió Liam.

- Lo siento - exhaló, volvió a señalarlo y repitió su queja - ¡tiene casi mi edad!

- Liam es un viajero, su edad es mucho mayor que la tuya y lo conozco desde hace siglos, y te ayudó mucho en ese mundo apocalíptico, además, su apariencia no es lo importante, él es mi pareja y el otro papá del que te hablé cuando te adoptamos, ¿lo recuerdas?

Ángel bajó la mirada, sabía que tenía otro padre y que Max era su hermano sin importar que los dos tuvieran apellidos de casados, también recordaba que hubo un día en el que descubrió que su papá iba al hospital y visitaba una habitación constantemente, esa era la habitación de Liam, pero cuando vio al chico de quince años, pensó que fue un error, no había forma de que su padre estuviera saliendo con un chico. De nuevo los miró a ambos y enarcó la mirada.

- Lo que quieras decir puedes hacerlo - le dijo Liam.

- No quiero - se levantó - iré a mi habitación.

Dogo se levantó para ir a verlo y Liam lo detuvo sujetando su mano - iré yo.

Consolar a su amado hijo era cosa suya, pero, por otro lado - buena suerte - le puso la mano en el hombro.

Liam le acarició la cabeza despeinado su cabello y subió a la habitación, la puerta estaba cerrada, pero Dogo tenía una llave de repuesto escondida encima del marco, al entrar lo vio agazapado sobre la cama con la cabeza sobre las rodillas. se sentó guardando su distancia para no invadir el espacio personal de Ángel - sé que debes estar molesto, o tal vez, esperabas a una persona diferente.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora