9.17 Hotel (2)

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Sirios despertó en una cama, o lo que se sintió como una cama, miró a Liam a su lado y a Ángel sentado en una silla – chicos.

Liam despertó de inmediato y revisó su temperatura – tuviste una reacción adversa a la inyección, debemos tener más cuidado y vigilarte.

– Estoy bien – bostezó – y tengo hambre.

Después de las comidas preparadas y adornadas como si estuvieran en un restaurante, comieron sopa instantánea, Sirios miró su contenedor y luego lanzó una mirada fría a Liam – ¿te hicimos enojar?

– Cállense y coman.

Ángel asintió – no encontré una sola computadora en todo el edificio, sospecho que tal vez se quemaron.

[Genio, ¿llegaste a esa conclusión tú solo?]

– Mañana te conseguiré una genial – le dijo a Sirios e ignoró a D

– Yo encontré un refrigerador, el salón fue el único sitio que no se quemó, lo usaremos como laboratorio y dividiremos las habitaciones, tenemos que cercar el área, o pasaremos cada día al pendiente de los zombis.

Mucho trabajo.

– Buena suerte – sentenció Ángel.

– Tú me ayudarás.

– ¿Qué?, no, ¿por qué?, tengo mucho trabajo, tengo que ayudarle a Sirios, es malo con las computadoras, en serio, asusta, no sabía cuál era la impresora.

– Sé cuál es la impresora – se defendió – sucede que esas máquinas no se llevan conmigo, siempre que las toco dejan de imprimir.

– Lo vez, necesita ayuda.

– Instala la computadora y deja de molestarlo.

Ángel hizo un puchero, sabía que no era tan útil para la cura como lo era Sirios, pero era muy valioso, tenía grandes habilidades, era un gran chico y sí no hacía una sola cosa para ayudar, su hermano diría que esa no fue su misión y que solo fue un estorbo – no quiero.

Liam lo fulminó con la mirada – hablaremos por separado.

Sirios se levantó llevándose su plato, no quería meterse en una discusión de pareja – iré a los pisos superiores a matar zombis.

– No irás tú solo – dijo Liam al levantarse.

– Estaré bien, ustedes hablen.

– Lo vez, estará bien, puede con zombis, pero necesita ayuda con las computadoras.

– Me estás diciendo, que no me ayudarás a colocar la cerca, ¿es eso?, tenemos que comprar una gema de agua para llenar el tanque, una gema de electricidad para tener energía y una gema de tierra para sembrar plantas y tener una fuente de alimentos, aparte de un granero, esta misión no es de días, es de años y todo eso significa trabajo.

Ángel mantuvo su puchero – pero eso no tiene estilo.

– Se le llama trabajo duro, ¿quieres demostrarle a tu hermano que puedes hacerlo?, o prefieres seguir siendo un niño.

– No soy un niño – habló en voz alta.

Se escucharon disparos en el piso superior.

– Eres un niño, sabes cómo lo sé, porque te saltaste el curso de inducción, estás tan obsesionado con ser superior, que pasaste por alto todas las normas y de paso rompiste todas las reglas, y esto fue lo que ocasionaste – señaló a su alrededor – un mundo se fue al drenaje, millones murieron y no te he visto tomar la responsabilidad por lo que provocaron tus acciones.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora