11.24 Adopción (2)

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Las estadísticas de la estación mejoraron y los criterios para clasificar los mundos también, en ese punto podían predecir los riesgos y alertar a los viajeros de modo que los más capacitados tomaban las misiones más difíciles y los novatos se enfocaban en misiones sencillas que eran capaces de dominar.

El problema era como Max lo describía, Dogo mimaba demasiado a los viajeros.

Justo después de una larga misión muchos optaban por salir de sus cabinas e ir a ver una película, comer y platicar en la cafetería, ir a bailar o simplemente dar un recorrido - los conscientes mucho.

- Evitamos el síndrome de estrés postraumático - respondió Dogo - los que usan cuerpos temporales se despiden de personas que fueron sus familiares por un largo tiempo y los que usan cuerpos definitivos experimentan la muerte, no queremos que se queden con malas experiencias, oye, según tú, ¿qué te convierte en un ciudadano ejemplar? - se salió del tema con la última pregunta.

Max se sentó a su lado y miró las formas que estaba llenando - ¿de verdad lo vas a adoptar?

Dogo asintió - su padre ya no tiene la custodia pero necesito demostrar que soy una buena persona, que le daré la educación correcta y que no tengo malas intenciones - comprendía lo imposible que era para él sentirse atraído por un niño, pero parecía ser un fenómeno muy común porque todos lo miraron con desconfianza en cuanto dijo que era soltero, tuvo que decir que estaba a punto de casarse y regresar a la estación con las manos juntas y una sonrisa pronunciada - por cierto, muchas gracias por la ayuda.

Para adoptar a Ángel, Dogo debía casarse con Max.

- ¿Por qué no se lo pediste a la tía Sary?

- Porque yo tengo una reputación que cuidar - respondió Sary, ella estaba sentada junto a Analea y juntas rediseñaban la interfaz para la línea exclusiva ¡Princesa soñada! - soy una modelo que lucha en contra de la imagen de mujeres exageradamente delgadas que aparecen en las revistas, son reconocida mundialmente y dirijo una fundación para apoyar a los hombres y mujeres con anorexia, casarme con un magnate hará que las personas pierdan la fe en mi - comía palomitas con mucha mantequilla - también hago cosas desinteresadas, no me miren así.

Dogo estuvo de acuerdo - tampoco me conviene casarme con una de mis modelos y cuando encuentre a Liam no quiero que lo malinterprete.

- Y por eso te casarás con un boxeador.

- Fuiste tú quien eligió ese cuerpo.

Max desvió la mirada, no estaba considerando que tendría que casarse con su papá cuando lo eligió, lo hizo porque planeaba salir y necesitaba un cuerpo que luciera bien.

Su mirada fue captada por Dogo - espera, ¿planeabas ligar?

- Claro que no - respondió de inmediato.

Dogo hizo su mejor esfuerzo para no reírse y falló miserablemente - estoy muy orgulloso, dame seis meses en lo que termino la adopción y dos años para formalizar y podrás ir a buscarme un lindo yerno o una linda nuera.

Max resopló - sigue con eso, volveré a trabajar.

- No te sientas humilde, siendo mi hijo habrá una larga fila de pretendientes - le dedicó dos pulgares arriba.

Desde su lugar Samuel miró de reojo - ¿qué idiota querría salir con eso? - se quejó en silencio y continúo trabajando en su guía.

El pesado manuscrito fue llevado por Dogo a una casa temporal donde un grupo de niños corrían y jugaban, en la entrada uno de los enfermeros fumaba y al verlo los dedos de la mano derecha de Dogo se movieron haciendo la finta de sostener algo, cuando eso pasaba tomaba un lapicero o una paleta.

No soy un virus, soy un acosador (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora