La voz que no puedo oír.

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Porque sin quererlo acabé buscándolo.

Me dije que estaba bien, que no me importaba nada, ya no al menos... Quizás sólo me mentí. Les mentí.

No soy solo lo que ven.

—¿Narancia, estás bien? ¿Qué te ha pasado en la cara? —Me preguntó Mayka un poco aterrado por la sangre que corría de mi nariz.

«Todo va a salir bien... Y si no... ¿Qué importa?»

Eché a llorar con una amarga sonrisa que le abría paso a la sangre para degustarla en mi boca. Un sabor metálico, algo familiar y a la vez molesto.

«No es el primero que me hace sangrar así, pero siempre preferí cuando mi sangre corría porque yo quería que fuese de ese modo»

Mayka me sentó, me limpió, y me dio unos caramelos por si se me ocurría desmayarme entre el llanto y la presión que seguramente tenía baja.

—¿Puedo preguntarte algo, May?

—Dime

—¿Por qué me mereceré todos estos golpes? ¿Cuando empecé a equivocarme tanto?

Hubo un breve silencio que cortó con un suave suspiro. No es que no supiera qué decir, es profesional, me lo ha demostrado; pero se trata de mi. No puedo ganar algo si no doy algo a cambio. Eso creo.

«¿Pero cómo sé si he dado lo suficiente?»

—Mayka... Estoy harto de todo, y a la vez, no quiero estarlo. No entiendo porqué me fastidia todo lo que me gustaba, y he notado que al resto eso le duele... Trato de que no sepan lo que pasa, suficientes problemas tienen cada uno, y no es que no confíe en ellos; pero por el mismo amor que les tengo los quiero lejos de esto.

—¿Crees que no pueden ayudarte?

—Creo que solo yo puedo ayudarme, pero no sé por dónde partir. Para empezar, no sabía que estaba mal, sólo sucedió, para cuando menos lo noté ya vómitaba mi comida favorita, me frustraban los juegos que amaba jugar, y odiaba lo que veía en todas partes.

—¿Desde cuando te sientes así?

—Quizás desde siempre y solo ahora lo digo con seguridad. Amo a Bucciarati, pero es como una fachada, creo que quise darme la oportunidad de algo bueno, de sanar, y... Olvidé las cosas que me molestaban, o mejor dicho, solo las ignoré creyendo que ya estaba todo bien. Aún así, acabé en un lugar así.

—Si ya tomaste el camino de la ignorancia y no funcionó, ¿no crees que quizás esto es lo que necesitabas? ¿Una nueva perspectiva?

—Fugo me odia. Bucciarati está un poco distante, Mista no sabe como hablarme y Abbacchio cree que sabe lo que quiero oír... No veo esto como algo bueno. Quiero mi antigua vida, quiero al Narancia de antes del secuestro que su único problema sólo era lidiar con Fugo, y que de hecho, le había cortado el juego porque yo no soy uno.

—Suenas muy decidido

—Lo estaba.

—¿Qué hizo que ese Narancia cambiara?

—...

***

—¡Por quinta vez, maldita sea! ¡Narancia, te dije que 3 x 5 son 15!

—... Mn.

—¡¿Siquiera me estás escuchando, idiota?!

—Sí, lo hago.

—¡¿Y QUÉ CARAJOS ESPERAS PARA ESCRIBIRLO AHÍ, PEDAZO DE IDIOTA?! ¡TE ACABO DE DAR LA RESPUESTA, ESCRÍBELA EN TU PUTO CUADERNO, AHORA!

...

—Ya empezaste de nuevo... Detente. Narancia, ya basta. Te estoy hablando, para de hacerlo, me asustas. ¡NARANCIA, YA!

No escribí lo que me gusta escribirme... En su lugar, anoté todo lo que dijo Fugo en mi brazo.

Solo salí de ahí. No quería manchar mas sus cosas con la sangre que me hacia derramar.

Salté desde su balcón, pero a estas alturas Fugo ya se había acostumbrado a eso. Y bien, no era la primera vez que sucedía, seguramente la última tampoco.

Fui a la fábrica. Hace muchos meses que no iba, por muchos motivos. Esta vez todo me parecía extraño y vacío, tenía el sentimiento de que sin Fugo cualquier cosa podía pasarme. Y es que es un hecho, sin él seguramente estaría muerto sin una tumba a la cual nadie acudiría a llorar.

«¿Desde cuándo pienso tanto estas cosas?»

—No... ¿Desde cuando volví a pensarlas?

En lo alto del techo dónde suelo partir en Aerosmith, descansaba cuánto podía; vi nubes por horas, oí mi celular sonar por media hora tal vez, también el sonido leve de bichitos de por ahí. El frío se hacia presente en tanto los colores del cielo se oscurecían. Mi brazo rayado permanencia intacto, culpa del plumón permanente que estúpidamente usé.

—Que idiota soy, la verdad es que no quiero leer mil veces lo que Fugo piensa de mi, no sé porqué creí que sería importante recordar eso.

El colmo del asunto fue que seguro Mayka estaría decepcionado de mi. La tarea era no volverme a escribir en la piel, hasta me regaló papeles de colores para hacerlo y pegarlos en todas partes.

—En... Todas partes...

___________
-Masha~

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2021 ⏰

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