Tan absurdo como válido.

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Mas allá de las palabras.

No podía ser real, por ningún motivo podía ser real.

Entrecerré mis ojos, incluso si no había luz los nervios no me permitían mirarlo.

—¿De qué... De qué hablas? —Dije con dificultad.

Narancia acercó su boca a la mía con tenacidad —Sé que quieres... Sé lo que quiero... ¿Qué mas te falta? —Lamió mi labio inferior.

Cerré los ojos con fuerza, y... Comencé a temblar. Me aferré con fuerza al sofá, estaba siendo obvio en algo que no podía controlar.

—¿Qué sientes por mi? —Lamió mi lóbulo —Justo ahora... ¿Cómo te sientes? —Lo mordió despacio.

—Siento... Q-que me... enloqueces... — Mordí mi labio para no dejarlo salir.

—¿A sí?~ —Musitó con malicia.

Bajó con sus uñas por mis costillas, una a una, mientras que su otra mano recorría mi espalda baja. No tengo ni la menor idea de que le ocurría a Narancia, ni siquiera podía fiarme de si su propuesta era real.

«¿Y si solo lo dijo porque si?»

—Eres muy lindo cuando estás así —Rió sintiendo como me estremecía debajo suyo. —Pero me gusta más cuando gimes en mi oído. —Gruñó grave.

—Naran... Mng... Na-rancia...

«No puedo... No quiero seguir...»

Lo abracé sin importarme el dolor, quería sentir que era él, tenerlo más cerca. Quitarme los miedos.

—Así me gusta. —Dijo sugestivo tomándome fuerte de la mandíbula.

«No es real, no es real, no es real.»

—¿Te gusta? —Movió sus caderas sobre mí.

... No fue parecido en absoluto, pero recordé algo que no debí.

—Bas... Basta... —Temblé con fuerza por la falta de aire —Narancia... —Subí mis ojos a los suyos —No puedo seguir. —Solté con un hilo de voz. Me sentí aterrado por un segundo.

—¿Fugo? ¿Estás bien? ¿Qué ocurre? ¿Qué hice? —Preguntó alterado.

«Me odio. Lo odio.»

—Hey, Fu dime que pa-

Creo... Que lloré lo que no lloré en ese entonces.

Me sentí fatal, sentí como si me hubieran arrojado al mismo pozo sin fondo dónde estuve una vez, y me dijeran: "Sobrevive". Solo, a oscuras, sintiéndome culpable porque yo fui el que lo buscó. Es raro, pero tengo un secreto que nadie sabe. Uno tan absurdo como válido.

No cambiamos de posición, pero en su lugar puso mi rostro empapado en lágrimas sobre su pecho. No me acarició, no me besó, no habló.

Me dolía la maldita erección en mi pantalón y el recuerdo de mierda que pasaba una y otra vez. «Creí que lo había olvidado... De verdad traté, en serio quise hacerlo»

Narancia permaneció estoico en todo momento, parecía que se hubiera vuelto de piedra porque no sentí nada proveniente de él.

Me estaba asustando arruinarlo otra vez.

—Lo...

—Shh... Está bien, solo... Dejalo salir. Podemos hablar de esto mas tarde.

—¡No eres tú, lo prometo, esto no es por ti! —Lloré abrazándolo mas fuerte —Me encantas, siento muchas cosas por ti, Nara

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora