-Es lindo, ¿no?-
-Sí... lo es-
-Estaba pensando... ¿has visto un amanecer en la playa?-
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-¿A qué viene eso?- Sonrió Narancia algo sorprendido.
-Nada en especial, solo pensaba, el lugar es lindo y... no lo sé... mejor olvidalo- Me rendí al final.
¿En qué pensaba? Era una idea demasiado tonta suponer que aceptaría mi invitación, o peor aun, ni siquiera sabía que era una invitación.
-Pues, sí- Rio sincero -Pero nunca he estado en esta playa, sinceramente ni siquiera sé dónde estoy en este momento- Reía a carcajadas.
-Eres un... no puedo creer que me dijeras que te trajera si ni sabes dónde estás-
-No me importa- Musitó sereno.
-¿Y por qué no? ¿estás loco?- Lo miré anonadado por su comportamiento tan irresponsable.
- Tal vez, pero sé que estaré bien... estoy contigo- Contestó acostándose en la arena.
Solo puedo pensar en lo idiota que es.
-Te enfermarás si te quedas conmigo-
-El frío no me matará, no te preocupes-
Yo... nunca hablé del frío.
Todo con él es raro, nunca sé como reaccionar a nada, nunca puedo estar tranquilo, siento que a su lado siempre tengo que estar con la guardía alta.
-¿En que piensas?-
-En que deberías volver, Bruno te debe estar esperando-
-¿Me estás echando?-
-Dudo que te quieras quedar- Le miré de reojo.
-Así que en eso piensas...- Sonrió.
-¿Mn?-
-No te quemes la cabeza pensando tonterías, si estoy aquí es porque quiero estarlo- Contestó con naturalidad.
-¿Piensas quedarte en la calle toda la noche?- Me volví a verlo.
-No lo sé, estaré contigo hasta que te canses de mi, quizás-
-¿Y si ya estoy cansado?- Pregunté para jugar.
-Si así fuera me lo dirías, no te molestas en hacerme lindas las cosas-
No lo había notado, pero tal vez el mocoso tenía razón.
-Bah, me dejas como el malo- Bufé con los labios fruncidos.
-Es que lo eres- Rio ruidosamente.
-No siempre soy malo- Rodé los ojos de brazos cruzados.
-No... eso es cierto, a veces eres dulce como un flancito- Se sentó de golpe para ver mi expresión.
-Tsk, como digas- Me giré en dirección contraria.
Conversando se nos hizo algo tarde, y como siempre nunca nos percatamos de la hora.
-Hey idiota, vamonos- Corté la tontería que me contaba.
-¿Qué? ¿Ya tan pronto?- Me miró con un puchero en sus labios.
-Es tarde, llevamos horas aquí-
-Uh, bien, debo ir a buscar un taxi- Habló cabizbajo.
-Cómo se nota que no sabes dónde mierda estás- Suspiré -No hay transporte a esta hora-
-¡¿Qué?!- Gritó sorprendido -No podré volver- Hizo una mueca extraña.
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Por ti volaré.
De TodoTú en tu mundo separado del mío por un abismo Oye llámame, yo volaré A tu mundo lejano. Por ti volaré Espera, que llegaré Mi fin de trayecto eres tú Para vivirlo los dos. _______________________________ Las fotos de los capítulos no son mías, crédi...