Por ti volaré.

Ahora me toca a mi.

Es cuando yo quiero, no cuando los otros quieran.

Ha acabado el fin de semana, que se sintió algo lento y aburrido luego de mi salida con Mista. Sobre lo demás, le he dado mil vueltas a todo lo que pasó y... Bueno, llegué a una conclusión de tanto gastarme en pensar.

—Narancia, el desayuno está listo~

Lo oí pero no dije nada, lo mejor era levantarme rápido.

—Buenos días, ma —Saludé desganado.

—¿Cómo estás? —Acomodaba las cosas en la mesa.

—Bien, creo... No recuerdo ni que soñé, ¿Y tú? —Respondí en tanto tomaba asiento.

Soltó un pequeño suspiro —Otra pesadilla, anoche no dormí muy bien —Hizo una mueca que cambió de inmediato a una sonrisa —No importa, solo fue un sueño de todos modos.

A veces Bruno es muy malo para mentir.

—¿Qué soñaste?

—Lo de siempre. Ya sabes, Paolo, esos sujetos, etc, etc, nada nuevo —Agitó su mano en el aire —¿Y ya me dirás que pasó el Viernes o qué? —Añadió dándole un sorbo a su café.

—Las clases estuvieron bien, no fue difícil, incluso Fugo me felicitó. Uh... También me cocinó risotto, charlamos un rato y luego nos fuimos a dormir, al día siguiente me dió desayuno, la última clase, y al rato salí con Mista, fuimos a no sé qué lugar a lo mismo de siempre, aunque no pillamos ningún tesoro esta vez, y eso sería

—Volvieron bastante tarde, para la próxima llevas llave así no te tienes que andar metiendo por el balcón.

—Sí ma

¿Debería...? Él no se lo tomará a mal pero... Tomé una decisión así que decirle no...

—¿Me oíste?

—Perdón, ¿Qué?

—Te preguntaba que si hoy tendrás clases

—Ni idea, ya sabes como es Fugo, veces me quiere a veces me odia. —Me encogí de hombros.

—Es un chico difícil de entender pero estoy seguro que te quiere más de lo que te demuestra —Me consoló.

«Vaya que sí me quiere»

—Supongo... -Bufé.

De la nada el celular de Bruno sonó con una melodía extraña que había oído muy pocas veces.

—Buenos días, señor. Hm... Claro, sí. Iremos de inmediato.

—¿Ma?

—Narancia comienza a vestirte, saldremos en unos minutos. —Habló rápido.

—No entiendo, ¿Qué pasa?

—Solo vístete, ya te explicaré.

Corrí apurado a mi habitación, ni siquiera me di tiempo a pensar en que usar, solo tomé lo de siempre y volví de vuelta tan pronto pude. —Estoy listo.

Bruno solo me empujó fuera para cerrar cuanto antes. Se veía realmente preocupado por lo que sea que ocurriera.

—Polpo está en problemas, solo corre, ya te explico con el resto.

«¿Polpo? Pero si a Bruno no le agrada, ¿Por qué tanto drama?»

Tomó mi mano y corrimos, a las ocho treinta ya estabamos ahí, pronto llegó Abbacchio en un taxi y Mista en el siguiente. Cinco minutos después, él.