Por ti volaré.

Mis sentimientos por ti. Parte1

El día anterior vimos peliculas infantiles con Nara hasta que cayera el sol, dormimos mil veces, casi ni comimos por lo mismo, a excepción del almuerzo que Nara deboró por completo. Debo decir que aún me sorprende un poco la facilidad que tenemos para dormir juntos, hora tras hora en todo el departamento, desde mi habitación hasta las otras dos (más que nada porque su curiosidad le picaba) y obvio el sofá.

Puede que seamos jovenes y "estemos llenos de energía" pero dormir juntos era mejor panórama que cualquier otra cosa. Así no tenía que aguantar sus preguntas.

El sol salió por la mañana y mientras desayunamos aprovechamos para armar bien nuestra mentira; creí que sería complicado hacer que mintiera bien, pero al reunirnos todos en Libeccio logré hacer que las miradas sobre él no lo pusieran nervioso.

Abba y Bucciarati de creyeron todo.

Almorzamos cuando fue la hora y luego salimos cada quién en pos de cumplir su misión.

-¿Estás listo? ¿Subes o no?-

-Si-

No.

Subí al auto, me sentí nervioso y enfermo, no quería ni mirarlo.

Comenzaba a frustrarme no saber que sentía exactamente, por momentos cruzaba miradas con él por el espejo y creía que todo estaba bien, que solo eran especulaciones apresuradas mías, en otros lo miraba de reojo sin que se diera cuenta y me enfadaba al pensar que dejó varias de nuestras actividades juntos solo por hablarle a Bruno.

¿Celos? ¿Siento celos de Bruno Bucciarati?

No. No puede ser así.

Entonces se me cruzó por la mente las incontables preguntas de Nara, entre ellas: "¿Sabes como se enamora la gente?"

Recuerdo haber bromeado  irónicamente sobre ello, diciendo que basta con que dos individuos sintan un cosquilleo al estar juntos, pero... ¿Siento yo ese cosquilleo? Dudo que sea lo mismo.

No me puede gustar Abbacchio, él es... no lo sé... un hombre, y yo solo un chico.

Para empezar no soy gay, y dos, tiene novio, mi jefe.

-Agh-

-¿Te pasa algo? Has estado raro- Dijo con su voz mas tranquila.

Ni siquiera había notado que gruñí en voz alta -No. Estoy bien. ¡Digo sí! Estoy bien- Corregí para que no hiciera mas preguntas.

Apartó la vista del camino solo para mirarme confundido, como esperando una explicación.

No dije nada, no pasaba nada importante de igual modo.

-¿Es por Narancia?- Preguntó -¿Te dió muchos problemas?- Rió de solo imaginarlo.

No puedo explicar lo que me sucedió después.

-No, aunque no lo creas fue una estúpenda compañía, vimos peliculas juntos, jugamos ajedrez, bebimos un poco, también comimos algo de la tarta que quedó... ¡oh! Y le cociné, quedó fascinado con todo; hasta me dijo que me invitaría a comer a su hogar y que cocinaría todo especialmente para mi -Alardeé exhagerando um poco -Sip, un menú para mi- Comenté mirando el paisaje.

Por el reflejo noté que Abbacchio engrandeció un poco los ojos con cara de sorpresa.

-Vaya, suena a que te divertiste-

-Sí, así es, fue muy divertido- Contesté de inmediato.

-Hasta parece que te divertiste más con él que conmigo- Comentó entre risas.