Puede ser nuevo.

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La cercanía se mide en como te llamo.

Ese bastardo... venir a mi casa sin aviso, amenazarme, y para colmo hacerme parecer el antagonista, ¡JÁ!

El maldito portazo que di cuando se fue debió sonar hasta en las casas contiguas. —¿Pero qué mierda se cree? —Chasqueé la lengua entrando a mi departamento.

Pasee sin cesar por la sala sin propósito alguno, meditando una y otra vez en porque Narancia le diría a ese tipo mi dirección.

—No se veía mal...

—Se veía decaído.

—Me dijo que quería estar conmigo...

—¿Si? ¿Con tu temperamento?

—Creí que todo iba medianamente mejor luego de aclarar el drama del beso...

—Eso quieres creer.

—No pudo ser para tanto, él supera todo rápido

—¿Lo hace? —Contestó mi conciencia.

—Narancia... tsk.

Me di mi tiempo, de cualquier modo el mocoso solo salió con su "amigo" así que, aunque no confío en Guido, se lo debo a Narancia, digo, no soy su salvador ni nada parecido, pero él sabia cuidarse incluso sin mi ayuda.

Sí, nunca olvidaré como me lo demostró en la fábrica.

—Que mañana de mierda.

Fui a la cocina por algo de beber, abrí el mueble en busca de un vaso y lo primero que veo es una copa. —Podría beber un poco... —Vacilé con la mirada en el cristal que llenaría de un embriagante líquido rojo —... Agh, no, me dije que no bebería para tragarme mis problemas, ¿qué clase de mal Abbacchio sería si lo hiciera?

Sacudí mi cabeza con un parpadeo: «Abbacchio... tiempo sin pensar en él»

Al final abandoné mis desvaríos con un vaso de agua.

El resto de la mañana seguro estaría libre asi que me dispuse a aprovechar y ordenar, es lo único que puedo hacer sin arruinarlo o frustrarme asi que... bueno, fue un fin de semana productivo desde cierto punto de vista.

Las habitaciones, la sala y la cocina, todo estaba limpio y brillante, sin embargo no puedo decir lo mismo de mi cabeza.


«Te veo el Lunes, Fugo.»

En ese momento todo fue...

¿Y esa actitud? Incluso Guido se dio vuelta para ver como Nara iba escaleras abajo.

Hubo un corto silencio hasta que dijo:
—Mas vale que tu excusa coincida con la de Narancia o te lleno de plomo aquí y ahora. —Gruñó enseñándome sus dientes con molestia.

—Ve a ladrarle a otro, no te debo explicaciones.

Estrelló una mano contra la pared a mi costado —Te doy una oportunidad de regalo solo porque le agradas a él. —Añadió jalándome de la ropa.

¿Eso debería intimidarme?

—¿Me creerías si te digo que se cayó corriendo? —Reí cruzándome de brazos.

Me miró ligeramente confundido.

—Eso imaginé. —Aparté sus manos —Ahora vete a oír el otro lado de "la excusa" —Hice comillas en aire.

Miró un segundo el lugar por donde Narancia se fue y lleno de rabia tomó mi mandibula con fuerza.

Pronunció con dureza y cuidado: "No juegues conmigo porque no seré suave si estás en mi contra".

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora