Por ti volaré.

Ya dije mi condición.

Todos ganamos de algún modo.

-¿Y eso?

-¿Eso qué?

-Tu ropa

-¿Qué hay con mi ropa?

-Es muy... Muy...

Justo cuando Mista estaba por decir cualquier cosa la mirada aterradora de Abbacchio y Bruno lo detuvo.

-Olvidalo... Te ves bien... -Dijo nervioso.

-Llegan tarde, ¿Pasó algo en el camino? No suelen tardar cuando vienen juntos. -Habló Fugo para cambiar el tema.

-Sí, es que nos retuvieron los admiradores de Narancia -Rió Bruno notoriamente orgulloso.

-¿Admiradores?

-Claro, las personas que se daban vuelta a verlo y preguntar por él

-Ah... Bien, supongo -Fugo se encogió de hombros y trató de seguir en lo suyo.

-Hey muchacho, ¿Dónde compraste ese chocolate? Llevo un tiempo queriendo de esa marca y cerca de mi casa ya no quedan -Me apuntó Abba.

Tragué duro -No tengo idea, me lo regalaron de camino.

Cuando dije eso todos me miraron como si quisieran comprobar si era cierto.

Me sentí un poco incómodo por todo; tener que explicar por que uso lo que uso nunca me gustó, y ahora no es la excepción.

Luego de la incomodidad pedimos la comida. Hoy no habría nada en especial según Bruno, pero ir era algo de todos los días.

Quizás nos veíamos como una familia, almorzando siempre juntos, el mismo lugar y los mismos puestos...

Mi cabeza hizo BOOM cuando oí que Abbacchio me llamaba -Ven un momento -Miré a Bruno a modo de pedir permiso y lo seguí hasta la oficina de Bucciarati.

-¿Me necesitabas?

Cerró la puerta y se me acercó para no hablar muy fuerte -El par de idiotas pusieron los términos de la apuesta

-¿En... Serio?

-Logré que apostaran lo que les sugerí -Dijo triunfante.

-¿Y qué les dijiste?

-Que el perdedor debía decirte la verdad. Y ambos se veían aterrados por perder.

-¿Y crees que lo cumplan?

-Los amenacé con que sino yo te diría a ti y a Bruno para hacerlos pagar, y que exhageraría para que tengan una sanción peor. -Rió al final.

-Wow, eres bueno -Me sorprendí.

-Y veo que Bucciarati también... -Me miró de arriba a abajo -¿Vestirte así fue su idea?

-Algo así -Rasqué mi mejilla.

Abba soltó una pequeña risa -Por cierto, creo que Fugo vino preparado, deberías hacer lo mismo -Me advirtió

-¿Cómo que vino preparado? -Pregunté confundido.

-¿No notaste que vino con lentes?

-No, estaba algo distraído...

-Como sea, creo que te dará clases hoy mismo.

-Agh, la verdad ya me estoy arrepintiendo, no quiero estar con ninguno -Confesé molesto.

-La decisión es tuya, pero creo que seria divertido molestarlos. -Dicho eso Abba salió de la habitación dejándome solo.