Interludio a los miedos irracionales.

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Todos sentimos miedo alguna vez.

Lo que dijo Bucciarati me pareció de lo mas curioso... ¿Acompañado de quién podrá ir? Siempre vamos juntos o por situaciones de fuerza mayor nos encontramos en Libeccio, pero nunca con acompañantes... Creí que nadie se podía acercar a nosotros a menos que sea un camarero trayendo la comida o llamando a alguno por un asunto especial.

-¿La reunión a qué hora es?-

-A las tres. De hecho, voy algo retrasado- Dijo lavando mas rápido.

-¿Y de quién se trata?- Insistí en saber.

-Si todo sale bien lo conocerás hoy mismo. Confía en mamá, además, tengo un buen presentimiento con este muchacho- Respondió sonriente.

-Si tú dices...- Suspiré.

-Ve cómodo, y quiero que seas amable, por favor da el ejemplo ahora que las cosas están un poco delicadas en el grupo- Se me acercó y me dió un beso en la frente -Iré a cambiarme, saldré apenas acabe. Hay comida en el refrigerador por si te da hambre, también queque y galletas por si no tienes mucho apetito- Dicho eso dio la vuelta y me dejó. Casi si noté cuando salió de casa.

-Tengo sueño... ¿Debería dormir, jugar o comer?- Me pregunté a mi mismo.

Nadie respondió a mi pregunta así que ahí sentí un poco el peso a estar solo.

Sencillamente no puedo dormir, si juego perderé en todo y la verdad no tengo nada de hambre.

-¡AGHH!- Fui a mi habitación y coloqué música por lo bajo, algo de rap lento para relajarme y llegar de mejor ánimo a la reunión.

... Ya me imagino lo incómodo que va a ser con todos ahí... Y para colmo el invitado de hoy... Puaj, que mal día.

Ya se me había vuelto a pegar el mal humor...

Desperté a las dos horas según mi celular -¿Cuando me dormí?- Limpié mi saliva somnoliento.

-Yish... Tengo una sed horrible- Me quejé sin levantarme de la cama.

Me seguía quejando cuando sonó mi celular.

-Hey, Bucciarati me avisó que la reunión se retrasó media hora más... Ya sabes que de todos modos siempre salgo antes así que... me preguntaba si querías que nos juntaramos antes-

Llevó tiempo en el grupo y es la primera vez que lo propone, no sé que decir.

-No lo sé... ¿Qué haremos mientras esperamos a Bruno?-

-Podría invitarte un helado? Hay un lugar muy bueno cerca de Libeccio, así nos aseguramos de no llegar tarde cuando sea la hora-

-Mándame la dirección, llegaré en diez minutos-

-De acuerdo. Te veo ahí-

Fugo invitándome un helado... ¿No estará harto de verme?

Giré un par de veces en mi cama y me metí a la ducha para prepararme mentalmente.

Puede que me haya invitado solo para molestar a Abbacchio y echarle en cara como nos divertimos... o puede que no.

Creo que debería pensar en ir tranquilo y ya. Bruno confía en mi y no quiero decepcionarlo por nada.

Acabé pronto de ducharme, sequé mis puntas para que no chorrearan y me puse lo mismo de siempre.

Me miré por última vez en el espejo... No había nada nuevo ahí.

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora