Nuestro primer beso.

190 26 36
                                    

Mi pecho latía fuerte aunque no estaba tan seguro de porqué, solo sé que se sentía como si un carnaval pasara encima, con música muy fuerte.

Su expresión era extraña, parecía muy tenso pero a la vez muy tranquilo... como cuando tienes mucho que decir y te cuesta hablar, pero no dices nada para no molestar a nadie.

Fruncía las cejas, casi creí que estaba enojado cuando noté que sus mejillas estaban rojas y sus labios apretados.

Era la primera vez que veía a alguien tocar una canción en persona; normalmente con mi madre solo veíamos esas cosas por televisión, ya saben, en esos programas tontos que ven ellas.

A ella le gustaba muchisímo la música, sobretodo el violín y el piano, recuerdo que siempre me decía: "El violín y el piano son dos mundos distintos que encajan a la perfección"

Siempre creí que exageraba mucho cuando hablaba de música, pero al verlo tocar...

La canción acabó de forma muy repentina, y sus ojos se clavaron sobre mi, como pidiéndome una respuesta.

-...-

Ninguno de los dos habló, no se me ocurría que decirle más que un simple gracias, pero sé que no es una respuesta correcta para él.

De la nada unos lloriqueos se escuchaban detrás de la puerta.

-Eso fue hermoso- Comentó la enfermera encargada de mis cuidados, entrando con un carro lleno de comida -Toca divino- Se limpiaba las lágrimas.

Eso fue un golpe de suerte.

-¿Cuánto tiempo lleva ahí?- Dijo Fugo con seriedad.

-Oh... no mucho- Respondió apenada -Venía a dejarle la comida al paciente, y lo oí por casualidad-

Flancito me miró fugazmente y algo malhumorado guardó su violín sin decir nada más.

-Hoy toca pollo con arroz y ensalada, de postre, una naranja- Sonrió con lo último.

-No quie...- Miré la figura de mi compañero -Grazie- Hice una sonrisa forzada.

Me arrepentí de negarme a la comida, en serio quería evitar más peleas con Fugo.

-Señor- Llamó de forma timída -Le pido que se retire, el paciente...- Bajó la voz como si temiera que le dijera algo malo.

-Tengo entendido que mi jefe habló con el hospital, lo que quiere decir que puedo estar aquí todo lo que quiera, ¿no?- Se dió la vuelta para verla hacia abajo como si la quisiera intimidarla con su altura.

-¿Eres Fugo Pannacotta?- Preguntó estúpidamente.

-Así es, y tienen mis datos en el primer piso, pueden ir a revisarlos otra vez para no cometer más errores- Sonrió cínicamente colocándo las manos en su cadera.

-Disculpeme- Le dijo bajo y luego vino a dejar mi comida a un costado de mi cama para salir lo más rápido posible.

Fugo suspiró fuerte y masajeó su cabeza -Que tontería más innecesaria- Se quejó camino a la ventana.

-¿Por qué fuiste tan... "rudo" con ella?- Di un vistazo a la comida que no se veía para nada deliciosa.

-Detesto la gente entrometida- Corrió la cortina para abrir la ventana y disfrutar del viento de afuera.

-No sabía que pudieras ser tan malagradecido-
Reí tomando la naranja.

-¿Yo malagradecido?- Levantó una ceja -¡Já! Mira quién habla-

-¿A que te refieres?- Lo miré feo mientras pelaba mi fruta.

-Agh, olvidalo y come toda tu comida- Evitó responder sentándose en el marco de la ventana.

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora