Madre e hijo: Día 3.

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En la mañana, a las 7:15 para ser exacto, mi jefe me despertó para volver. Me sentía cansado de solo pensar en el largo viaje de vuelta.

-Prometí que iríamos por ropa nueva, ¿prefieres ir a Nápoles o disfrutar aquí en Malta un poco más?-

En mis manos tenía dos buenas opciones pero no quería apresurar las cosas -¿Cuánto tiempo podremos estar aquí si elijo Malta?-

-... un día creo que será suficiente, no quiero asustar tanto a los chicos en nuestra ausencia- Rascó su mejilla por reflejo.

-¡Aquí en Malta!- Grité emocionado saliendo de la cama -¿Podemos ir al mar?- Salté sobre él con una enorme sonrisa.

-Me parece bien, tomaremos un vuelo al anochecer- Aceptó acariciando mi cabello.

Como obviedad partimos directo a desayunar, Bruno un té y yo un chocolate caliente con muffins, mi desayuno favorito. (Mejor si es de la mano de Bucciarati)

Como ambos eramos simples turistas por el lugar, llamó a una muchacha y con su mejor fachada le pidió algunas referencias para ir a comprar ropa. Por supuesto ella no se negó y nos dio indicaciones.

-Para nuestra suerte hay varias tiendas una calle mas abajo, por lo que tendremos más tiempo para ir a nadar- Informó alegre.

-¡Genial! Ya quiero recojer una caracola estupenda para papá Abba y para Fugo-

Bruno reía a diario con cada ocurrencia extraña que tenía, y siempre me recalcaba lo feliz que era de tener momentos así. Y eso también me hacia muy feliz a mi.

-¿Te gustaria almorzar en el muelle?-

Mis ojos brillaron como nunca, realmente estaba emocionado por todo.

-¡Me encantaria!- Respondí de un grito.

Bruno todo el tiempo está al tanto de nosotros y nuestro entorno, pero en ocasiones ignora las malas miradas del resto con tal de vernos feliz. Como en esta ocasion que una señora nos miró feo por mi comportamiento, pero a él le dio igual, se mantuvo al márgen para disfrutar sin pelear con los demás y darme toda su atención.

-... Es la primera vez que voy al mar ¿es lindo?- Pregunté curioso.

Así es, a mis 18 años jamás había ido al mar aun cuando en Nápoles hay muchos lugares dónde ir, esto se debe a que estuve tanto tiempo cuidando de mi mamá que jamás pude hacerlo; y no estoy molesto o algo así porque no pudiera, ya que yo mismo me ofrecía a cuidar todo el tiempo de ella.

-Es maravilloso, definitivamente es mi lugar favorito en el mundo... el agua es lo más relajante que hay- Cerró sus ojos como si estuviera recordando algo muy lindo.

-Si tu papá era pescador, entonces tú...-

-Sí, sé pescar- Respondió con una mano sobre su pecho.

-¡Waah!- Abrí los ojos en grande -¡Eres increíble!- Alagué -¿Me enseñarías a pescar?-

-En ese caso necesitaremos un bote...- Analizó un poco -Mejor al volver a Nápoles con los chicos -Sonrió como disculpa -Pero hoy podemos hacer algo de turismo- Cedió - Aunque antes hay que comprar ropa, no quisiera que arruinaras tu atuendo favorito-

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Al dar las 10:30 de la mañana el minicrucero al que Bruno me llevó se estaba llenando para poder partir con todos sus turistas.

"Éste barco te ofrece una excursión de un día completo que te permitirá bañarte en las transparentes aguas de Comino y visitar la isla de Gozo".

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora