Explicaciones incómodas

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Somos más que malas decisiones.

No puedo ni siquiera pensar bien, todo este asunto del juego se me salió de control cuando Nara tomó la iniciativa.

«Y pensar que algo tan tonto fue el detonante.»

Nos besamos unas cuantas veces. No hay caso en negarlo, pero mierda, eso no estuvo nada bien. Lo vea por dónde lo vea traerá problemas.

—Fugo, ¿En qué piensas?

—... Creo que es tarde y debo darte de desayunar.

Narancia puso gesto de que no es lo que quería oír pero pasé de largo.

—Ya sabes, tu ropa, el abrigo, etc. O si te quieres quedar así está bien por mi. —Indiqué saliendo de la habitación.

Primero que nada tomé un vaso lleno de agua fría para tragarme mi estupidez, luego comencé con el desayuno.

—Hey Fugo, ¿Pasa algo? —Preguntó tomando asiento en la isla.

—Exceptuando lo de recién, no, ¿Por qué lo preguntas?

—Parecías molesto...

Hice una mueca con los labios —Generalmente me dicen eso así que no me sorprende que lo pensaras. Pero no, no estoy molesto.

—Pero estás actuando raro —Insistió.

—Narancia, ¿Qué te preocupa?

—Tú.

Maldije en mis adentros todo eso.

—No deberías, estoy bien —Repetí.

—¿Te molesta que nos besaramos?

—Eso debería preguntar yo —Solté sin delicadeza.

—Un poco...

Así que al pequeño le molesta... Genial.

—Te seré franco, fue extraño.

—¿Por?

—No te obligué a nada y luego parecía que yo era el culpable, eso fue raro.

—No quise... Perdón por hacerte sentir así.

—¿Y qué hay de ti? ¿Por qué pareció afectarte tanto?

Narancia estaba a mis espaldas y aún así pude imaginar su rostro retraído por mi pregunta.

—Verás... Nadie lo sabe así que espero que siga así...

—¿Cómo crees? Le contaré a todos los que conozco —Comenté irónicamente.

—Fugo...

—No seas idiota, obvio que no hablaré.

Tomé ambas tazas y las llevé al comedor para charlar mas a gusto.

Tomé lugar en la punta de la mesa y Nara se sentó a mi lado, ambos asientos con vista al balcón.

—¿Quieres algo para acompañarlo?

—Estoy bien así, gracias.

Su actitud era bastante mas relajada y distante, diría "mas de lo normal" pero simplemente no era normal.

—¿Y bien? —Di un sorbo de mi café.

—Mi padre me golpeaba cuando era pequeño, generalmente era sin motivos, pero hubo una vez que jamás voy a olvidar —Dijo jugando a revolver su café una y otra vez.

—¿Qué sucedió?

—Un día debíamos hacer una obra de teatro en el colegio, la profesora se había quedado sin niñas para los papeles femeninos y me pidió que llenara el puesto; me negué varias veces pero llegar con otra mala calificación tampoco era una opción. Al final hice el papel, nadie comentó nada hasta el día de la presentación cuando tuve que salir con un vestido y peluca, entonces... Recuerdo que era solo para los padres de nuestro curso, él había llegado tarde y molesto porque básicamente lo forzaron a ir, y cuando me vió salir... Bueno, el escándalo que armó fue tanto que a los niños a los que no les había importado comenzaron a molestarme por parecer niña. Desde entonces vivian jodiendome con que soy un marica y cosas por el estilo. —Hizo un ademán de manos bastante vago —Obviamente me defendí, no iba a dejar que dijeran mentiras o se aprovecharan, pero eso solo me trajo problemas con mi madre.

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora