Por ti volaré.

¿No sientes que estás lejos?

Quisiera ser un chico listo y saber que decir.

-F-Fugo...-

No importaba si lo llamaba o no, no respondía a nada que le dijera, y yo solo soy un idiota que nunca sabe que decir...

Mientras él lloraba por alguna razón que no conocía, me dije: "¿Qué me gustaría que pasara si esto fuera al revés?"

Lo primero que hice fue abrazarlo de vuelta y acariciar con cuidado su cabello medio húmedo. Me sorprende que cuando llegó no dejaba de cortarme la respiración con su fuerza, aunque ahora gracias a las caricias logré que se calmara un poco.

-¿Quieres que nos acostemos un rato?-

Bajó la cara y limpió un poco sus lágrimas. Asintió con la cabeza y ambos nos sentamos a la orilla de su cama.

Por alguna razón ninguno quiso mirarse mas de los debido; imagino sus motivos, es patético llorar y él es lo suficientemente orgulloso para ser de esos que piensan "los chicos no lloran" ¿pero y yo?

-Gra-gracias...- Dijo con la voz quebrada.

Me permití verlo por solo unos segundos más y... no lo sé... a pesar de que lloraba se veía tan fuerte... con su ceño fruncido y sus labios apretados... -No te preocupes- Reí sin saber que me causó gracia -Te dije en el hospital que desde ese entonces seríamos los dos contra el mundo, ¿Lo recuerdas?- Sonreí.

Sé que me miró aunque no quise comprobarlo.

Ahora sé que si él llora yo también lo haré.

Procuré mirar a otra parte y hacer de cuentas que fue un accidente, pero él sabe lo tonto que puedo ser... tomé su mano sin que se diera cuenta. Creí que la apartaría o que se reiría de mi incluso en esta situación, pero no. Se dejó caer sobre mis piernas y tomó mi mano para colocarla sobre su cabello.

-No te detengas- Habló bajo.

-Fugo... tú... ¿Quieres hablar de esto?- Pregunté dudoso. Negó con un raro sonido, seguramente porque le duele la garganta de tanto gritar cosas a los demás.

Desde que lo conozco jamás imaginé verlo así... entré a Passione para demostrarle mi fuerza a Fugo, pelear y tal vez ser mejor que él, ¿pero y ahora? Ahora él se desmorona en mis piernas.

Me siento enojado por no hacer nada mas que mover mi mano por su pelo, eso no es ayuda para nada... ¡Quiero defenderlo y ayudarlo de verdad! que me vea como un apoyo.

Cuando sentí que sus lágrimas mojaron mis piernas me detuve -Hum... ¿Sabes que hago cuando estoy mal?- Dije en voz alta.

Fugo se volvió a sentar a mi lado para verme -Hay un lugar al que me gusta ir, tal vez te parezca raro o estúpido pero lo llamo "mi lugar feliz"- Hice comillas en el aire -Aunque no suelo ir por motivos muy felices en realidad...- Rasqué mi mejilla con una sonrisa ladeada -... Ponte algo mas, saldremos un rato- Avisé dejándolo solo en su habitación.

Al salir sentí que volví a respirar otra vez.

Estuvo ahí dentro un rato, sinceramente me dio algo de miedo dejarlo solo, no lo conozco lo suficiente como para saber que cosas puede hacer estando mal.

De solo pensar que está así se me revuelve el estómago, nunca he cuidado de alguien.

-Listo- Avisó bajo.

Cuando llegó a la sala me paré rápido del sofá y me giré a verlo.

...Incluso su ropa cambia mucho cuando está mal.

-¿Nos vamos?- Pregunté.

Antes de nada dió un vistazo alrededor e hizo una mueca -Sí- Contestó medio triste.