Padre e hijo: Un acercamiento más.

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-Entonces... ¿Desde cuando?- Reí sútilmente.

-No te di la confíanza para tocar ese tema.- Me lanzó una mirada feroz debajo de todo el alcohol que bebió.

-No puedes decirle eso a tu hijo no biológico- Restregué en su cara el brindis de no hace tanto.

-Agh, espero que no te estés sublebando, soy mayor que tú-

-Y yo soy tu superior, pero no hablamos de cargos ahora, papá Abba- Resalté lo último en burla.

-Eres igual que tu noviecito, creo que te prefería cuando eras más callado- Suspiró llenando su vaso de mi vino.

-Uno: no es mi noviecito- Puntualicé -Y dos: No evadas el tema- Le acerqué mi copa para que la llenase.

Miró mi copa vacía, no sé que habrá pensado en ese momento pero vaciló un poco antes de volver a llenarla. Quizás se debatía el seguir ahí conmigo, pero era gracioso, no parecía del todo incómodo, más bien daba pinta de ser un "berrinche" por su estado.

-No evado el tema...- Gruñó por lo bajo.

-¿Entonces desde cuándo están juntos? ¿Desde que me uní? ¿Antes?- Pregunté ánimado.

Más allá del tema de la conversación me parecía una gran oportunidad para conocer a mi compañero misterioso, ese tipo que creía que odiaba todo y a nada le tenía empatía compartía su vida con el hombre más bondadoso y admirable que habían visto mis ojos.

Su vista paseaban por el bar sin detenerse en nada en particular, como si quisiera grabarse la escena cual fotografía -Vayamos a mi casa, no vivo lejos de aquí... se hará tarde y no deberías andar a altas horas de la noche tú solo- Se levantó lentamente como si el haber bebido dos botellas de vodka puro fuesen solamente agua en su organismo -¿Qué esperas?- Preguntó antes de ir a la barra a pagar.

-Ya... voy- Murmuré perplejo por su invitación.

Le seguí a unos pasos de distancia, lo suficiente para no perderlo o  alarmarlo.

-¿Sabes que si voy a tu casa se me hará tarde para volver?- Cuestioné mientras esperabamos la cuenta.

-Pasarás la noche en mi casa, niño listo-

Abbacchio parecía muy decidido y determinado a que me quedara con él, y debo admitirlo, la idea no me molestaba en absoluto, pues en mi departamento no me esparaba nadie más que un libro que ya había leido dos veces como minimo.

-Ahí está la cuenta señor- Habló el hombre que nos atendió.

-¿Cuánto es? Pagaré mi parte- Me intente aproximar al papel hasta que Abba me lo arrebató.

-¿Abbacchio?-

-No sería un buen padre si te dejara pagar éstas cosas, además fue mi idea traerte aquí- De su bolsillo sacó una billetera algo gastada y pagó la cuenta por ambos.

-Gracias por lo de adentro pero no era necesario que lo hicieras- Caminamos juntos por las oscuras calles estrelladas de Nápoles.

-No es para que te acostumbres, la siguiente te toca a ti- Dijo sin gracia a pesar de que quería sonar "divertido".

Supongo que él es así, un poco sarcastico, tal vez algo insípido y oscuro con su tipo de humor. Algo distinto.

-Entonces... ¿A qué debo este honor?~- Musité con una sonrisa.

-Tú andabas de curioso, no me preguntes a mi- Respondió seco, como de costumbre.

-¿Me estás diciendo que me llevarás a tu casa porque me responderás todo lo que quiera saber?- Resumí.

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora