Nada de otro mundo.

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"Entrar y salir" Eso creí.

La fiesta continuó hasta muy tarde, pero pasadas las doce Tucci me sugirió/ordenó acostarme y guardar energías para mañana.

Por suerte, a pesar del ruido enorme, en mi habitación apenas se oía nada.

Una vez cerré la puerta básicamente caí muerto. Creo que me quedé dormido un rato pero un extraño sueño me despertó, aunque cuando lo hizo no recordé nada. Así, cansado de no recordar, y por la pelea, solté la corbata y me desvestí como pude.

«Buenas noches, Nara...»

Apenas pestañeaba cuando tocaron la puerta para avisarme que restaba un rato para irnos.

Ponerme el traje no implicaba mucho esfuerzo así que me retorcí un rato en la cama.

Miré el techo con acabados como del renacimiento, pero no pensaba en nada en particular, solo que eran bonitos y ya. Ni siquiera el día que había por delante me generaba mayor emoción.

Al final me rendí y me vestí. Abajo estaba el señor Tucci con una horrible cara de resaca por el día anterior, parecía que durmió en el sofá y que tuvo una noche ocupada por su pantalón desabrochado y camisa desabotonada. Hice caso omiso, no era de mi incumbencia.

—Hagan que el niño desayune, y tráiganme pastillas ahora... —Gruñó grave sujetando su cabeza con dolor.

Las sirvientas corrieron a la cocina de inmediato, me pidieron que fuese al comedor pero pasé amablemente.

—Buenos días señor —Saludé tomando asiento a su lado.

Me miró debajo de su mano e hizo una mueca —¿Qué haces aquí? Anda a comer, niño —Suspiró cansado.

Confieso que me causó gracia —Pensé que debía estar junto a usted por si acaso, es mi trabajo cuidarlo.

—Si me mata un matón, no una resaca

—Creo que lo mejor es que ambos desayunemos, ¿no? —Le persuadí con una sonrisa ladeada.

Aceptó sin protestar mucho más. Fue algo mas bien elaborado, entre tanto, no hablamos mucho, pero no éramos amigos, solo clientes, así que me pareció bien.

Así pasaron los días, me terminé haciendo amigo de las sirvientas y demás, Tucci se volvía mas cercano y distante a la vez, como si frenara algo, pero nunca indagué en qué.

Es el día ocho de estos encuentros en arenas y en distintas ciudades para pelear, he ganado una tras otra, y he pedido varios deseos pero la mayoría pensando en alguien más, lo que ha levantado rumores entre todo el mundo.

—Siempre en las nubes, ¿no? —Me distrajo una chica que pasaba por el comedor.

—Hoy fue un largo día —Mentí en tanto seguía comiendo mi tazón de frutas de todos los días.

—No es cierto, seguro piensa en su enamorada~ —Canturreó otra que venía entrando.

«Allá vamos de nuevo...»

—¿Qué las hace creer tal cosa? —Pregunté directo pero sin ofender.

—Oh por favor, tiras babas cada vez que tienes un momento a solas, siempre andas perdido, tocas canciones muuuy románticas y melosas en el piano, es obvio que estás enamorado —Concluyó.

—... No lo sé, puede ser solo un resfrío, es menos grave que tener gripe así que...

Ambas se miraron raro sin entender. —Digo que mi actitud no es nada de otro mundo.

—¿Es linda? ¿Es alta? ¿Es rubia?

—¿Es necesario el interrogatorio?

—Buhhh, no seas aburrido

—No es ser aburrido; además no interesa que sienta, no me quiere ni ver.

—¡¿Qué?! ¿Entonces sí hay una chica?

—No les diré nada de... Ella —Vacilé.

—Bien, ¿Pero por qué no hablan?

—Ella... Bueno... Cree que no la tomo en serio, por decirlo así

—¡Que tonto! —Gritaron juntas —A una mujer debes hacerle sentir que la amas, demostrarle atención y cariño

—No crean que no lo hago, el problema es que ella no me toma en serio a mi. —Corté ofendido.

—¿Y ya trataste disculpándote?

—Bah, sino soy el malo

—¿Pero le demuestras que la amas?

—... El problema es que la quiero mucho, sí, pero no sé si la amo, creo que es una palabra muy fuerte, no se lo diría si no me siento seguro de sentirlo de verdad, ¿entienden?

Hubo una pausa breve —Entonces no le gusta tu indecisión

—Le he dicho que me gusta, creo que es mucho decir, no sé que más puede esperar

—Hum... Aún así no parece bastar... ¿Qué tal si le das detalles bonitos? Eso nos encanta

—Compartimos collares iguales... Además seguro ya saben que mandé a que le regalaran caramelos todos los días

—Sí, la verdad fue muy dulce —Rieron enternecidas.

—Ya no sé que hacer... —Solté apenado. —P-pero no importa, aún me queda un tiempo aquí. Tengo trabajo que hacer. —Tragué a cucharadas lo que me quedaba y salí en busca de Tucci para dejarlas atrás.

«Solo es un resfrío, se me pasará. Será como con Abbacchio, lo sé...»

En eso detuve mi marcha frente a una ventana. —Soy un idiota... Olvidé que es de noche.

Me di una fuerte palmada en la cara y en silencio fui al jardín. A nadie le importaban mis paseos nocturnos, siempre cuando procurara dormir bien y estar en forma. Afuera no corría viento, no estaba frío ni caluroso, como en un estado de completa nada, sin embargo, la luna brillaba sobre mi cabeza, tan intensamente que al pasear por el oscuro jardín no era necesario el uso de una linterna.

Me senté en medio del pasto cortado esa misma mañana que aún conservaba ese característico olor, inhalé y exhalé suave, relajando poco a poco mis músculos tensos. Fue como fusionarse con el suelo.

No sé si decir que pensaba en todo mientras miraba a la nada, o miraba todo mientras pensaba en nada, de cualquier forma, los desvaríos solo iban en una dirección.

«Me duele el estómago cuando pienso que lo extraño... ¿Él pensará en mi?»



—Último día...

Hoy son dos semanas desde que me fui. Lo que se supone que era un castigo "breve" pasó a dos largas semanas de viajes y batallas. La primera semana no fue nada, no sentí que hiciera gran cosa... Hasta hace unos días... luego de una de las tantas peleas me alejé un poco con Tucci, para tomar algo de aire y aliviarme. Ni siquiera él tuvo estómago para cuando nos topamos con el cerro de muertos detrás de la arena.

Fue... Asqueroso, y un poco aterrador, pero no sabría explicar porqué. Por mi parte me limité a bajar la mirada y acabar mi trabajo tan rápido e indoloro como pudiera.

«Si él supiera... No podría volver a hablarle»

Hoy me siento agotado, disgustado... Hoy no quiero ganar.


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-Masha~

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora