Por ti volaré.

Un poco agrio.

Siguiendo mis propios pasos.

Me desperté endemoniadamente distraído, no importaba cuanto me lavara el rostro o cuántas bebidas energizantes bebiera, no podía salir de ese estúpido estado.

-Hoy acaba el contrato, espero que te repongas y me des un buen show. -Dijo Tucci a lo lejos. O eso pensé.

No dije mucho, no hallaba que decir.

«¿Nervios? No lo creo, no luego de dos semanas...»

Tropecé con todo en mi camino, me corté y ni sé cómo, mi cabello no quería ordenarse, y así un sin fin de acontecimientos de mala suerte. Realmente no podía faltar nada.

La última batalla era en dos horas mas, no nos quedaba mucho trayecto y por suerte era dentro de Nápoles, así que procuré ocupar el tiempo para relajarme un poco.

-Hey niño... -Miré a Tucci algo perdido -¿Recuerdas tu primer deseo?

Traté de hacer memoria -Sí, ¿Hay algun inconveniente con eso? Porque si lo hay no es necesario que lo-

-Ya está listo. -Me interrumpió.

La sorpresa fue tal que por un segundo dejé de respirar. No desconfío de su palabra, no cuando vi todos los recursos que tiene, pero jamás creí que fuera a recordarlo o cumplirlo.

-Y el laboratorio estará listo mañana. Desconozco la ubicación, solo los ingenieros saben dónde les dijiste que fuera, así que puedes olvidarte de mi luego de hoy.

Fue una curiosa despedida, un tanto... No lo sé, fue como si algo se moviera en mi. Dolió pero lo superaría, me alegró y me apenó levemente... Fue un poco agrio.

-Yo... No sé como agradecerle, señor

-No hay nada que agradecer, diste tu vida por esos deseos. Y si te preocupa el dinero, luego de dejarte lo depositaré a tu cuenta.

Cada uno mirándo por la ventana con ideas completamente distintas por la cabeza, en silencio, apenas escuchando el poco tráfico que se comenzaba a notar por la zona... Sin dudas las despedidas no son cosa nuestra.

Por un lado podría reintegrarme al equipo, volver a mi vida tranquila en mi departamento y el papeleo en la oficina, y quizás uno que otro trabajo mas duro.

«No sé como Cioccolata frase retumbó en mi cabeza durante lo que quedaba.

-¿Uh? No luces bien -Opinó Cioccolata detrás de nuestro auto.

-Estoy en perfecto estado.

-Conozco esa cara niño de látex, no le puedes mentir a alguien como a mi.

-¿Cómo tú? -Curioseé.

-Sabes mis aficciones~ -Canturreó con una sonrisa.

-¿Si sabes que después de esto no planeo volver a verte, no?

-Que mocoso tan directo. Y sí, lo sé, tengo perfectamente claro lo que crié.

Dejamos la discusión para después. Nos sentamos los cuatro juntos en los primeros puestos, primero Tucci, yo, Cioccolata, y luego Secco.

Llevaba el traje puesto así que gracias a eso no podían ver como mordía mis labios.

Pensaba una y otra vez en como sería volver y tener que responder sus preguntas, era inevitable por dónde lo viera, incluso si Bruno intervenía tarde o temprano insistirían sin que supiese.

-Baja, eres el siguiente.

Lo miré fugazmente -S-sí...

Las últimas luchas eran las mas tortuosas según había oído. Nadie era amigo de nadie así que el ambiente hostil emanaba de cada rincón.