Por ti volaré.

Ansiedad.

—No sé que hacer, no sé que hacer, no sé que hacer... —Repetí mil veces sintiendo como el corazón me apretaba sin piedad. Mi maldita pierna no se detenía por mas que tratara de detenerla, es como si mi cuerpo sufriera fallas sin control.

—Fugo, tranquilo, lo vamos a encontrar. Pudo haber ido más lejos tal vez, pero volverá, estoy seguro. 

—¿Y si algo le pasó? —Me paré de golpe.

Todos enmudecieron cabizbajos. La comunicación cesó conforme seguíamos juntos, nadie soportaba mirarse a la cara sino era por detener a uno o discrepar con otro.

Solté una risa completamente incomprensible hasta para mi—No puedo, de verdad no puedo quedarme a ver como pasan las horas y no vuelve, ¡Se fue hace un día! ¡Cualquier cosa pudo pasarle! —Vociferé llenando la habitación de un eco seco y desgarrador.

—¡Estamos tan preocupados como tú, no te creas que eres el único con el derecho a estar mal! ¡Bucciarati no ha dejado de llamar a sus contactos, Abbacchio no duerme desde entonces y yo he hecho todo para cubrir terreno en la ciudad! Cállate, y piensa en algo bueno para hallarlo, fuiste el último en verlo y el genio del grupo, ¡Haz algo de una maldita vez!

—Mista, es suficiente. —Cortó Bucciarati con animo por los suelos.

—... Saldré. Pueden quedarse aquí, no me importa que muevan o rebusquen todo, tomen lo que quiera, hagan y deshagan como les dé en gana, pero yo no puedo estar aquí mientras Narancia está por ahí enojado e irracional. 

¿Cómo es que mi departamento es el punto de reunión? Yo también quisiera saber eso.

Tomé mi abrigo, lavé mi cara una última vez... el espejo no me mostraba más que a un idiota a punto de perder la cordura por nada, la ansiedad misma hecha persona. 

Inspiré fuerte como si estuviera grabando algo o dejando de lado algo primordial. 

«Me sudan las manos... no dejo de temblar ¿Podré encontrarlo? ¿Si lo veo qué le diré? ¿Querrá escucharme? Es posible que solo huya otra vez»

—Tenía razón... esto es más grande que los dos. 

«"Yo haré lo imposible para estar siempre contigo y poder cuidarte" ... ¿Por qué esas palabras no duraron? ¿Es que caso todo tiene fecha de vencimiento?»

Parpadeé un par de veces para despejar la vista, si los chicos me veían flaquear, si veían un solo quiebre o soy un paso en falso ellos me detendrían.  

«"No siempre podré cuidarte de caídas como la de recién, pero supongo que podré curarte cuando sucedan"  Debí sonar más convincente, debí hacerle saber que estoy con él»

Salí del baño a la sala de estar, estaban juntos en la mesa tratando de trazar nuevos puntos para buscar, más números e ideas, pero mi mente estaba bloqueada, imposibilitada de crear cualquier pensamiento que no sea uno destructivo. No me necesitaban, y la voz que ha gritos se hacía presente me decía que ellos a mi tampoco.

—Me voy, llámenme si regresa. 

Las miradas de todos estaban clavadas como puñales en mi espalda.
Nunca había visto al picaporte como un obstáculo, sin embargo, admito que me costó; no sentí fuerzas para hacerlo pero finalmente salí. 

«No se negaron a que me vaya...»

Corrí escaleras abajo, aunque es más preciso decir que las salté todas con unas cuantas zancadas, y... por un segundo el aire no llegó a mis pulmones, pero mi corazón bombeaba sangre como jamás lo había hecho. 

Nunca creí que Narancia fuera lo que nos tuviera unidos, pero ahora...

—Voy por ti, Narancia, solo espera.

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-Masha~