Tiempo fuera.

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A veces los sentimientos evolucionan.

Desde entonces Narancia estuvo algo raro y no tengo la más mínima idea de porqué.

-¿Qué le viste?- Soltó otra risa extraña pegando la cabeza en la muralla con los ojos cerrados.

-No lo sé exactamente...-

-¿Desde cuando te sientes de esta forma?-

-Ni siquiera sé cuando pasó, solo sé que disfrutaba cada vez mas de su compañía y que comencé a tener celos de Bucciarati, no podía verlo sin sentirme atacado de alguna forma-

-¿Por qué él? Incluso creí que se odiaban- Soltó con una fuerte risa.

-... Sí, pues... A veces... Dejas de sentir lo mismo-

-Sé lo que dirás: "a veces los sentimientos evolucionan" o algo así, ¿no?- Me miró como si quisiera darme justo entre los ojos.

-Tal vez...-

-Quisiera que me dijeras con tus propias palabras el porqué, no que saques todo de algún estúpido libro-

-¿Por qué quieres saber? De todos modos nada pasará entre nosotros. Y ya te haces a la idea de que sale con Bucciarati así que no debería sorprenderte lo que te conté-

-Saber o intuír algo no le quita el impacto de oírlo ¿Sabes?-

-No, supongo que tienes razón- Cedí.

Lo de hace un momento pareció una interrogación agresiva y ahora caímos al silencio de un segundo a otro.

Ya no quiero pensar más.

Quisiera mentirme con que todo estará bien, que él está bien y que mis impulsos como el que tuve permanecerán dentro de mi.

... Por un momento pensé en besarlo al igual que a Abbacchio... Hay algo mal en mi, eso es un hecho.

Sobre la cama estaba lleno de rosas que había hecho para mi.

Siento que no me quiero equivocar otra vez.

Se paró de un ágil movimiento y se quitó el chaleco que traía -Daré una vuelta, no me busques o te perderás.- Dijo cortante.

Sopló una brisa tan fuerte que todas las flores volaron por la habitación.

Me tomó tan desprevenido que cuando me paré a buscarlo ya era mas que tarde.

Me quedé parado en ese pasillo de terror sin saber que hacer.

¿Buscarlo o dejarlo solo?

¿Ser como Narancia o seguir siendo yo?

Lo medité brevemente, la noche apenas caía y podía darme el lujo de no dormir.

Tomé su chaleco y fui tras él como lo haría conmigo pero... ¿Qué clase de reacción era esa? Se veía molesto.

En estos momentos odio no tener un stand que me ayude a encontrar a la gente que quiero. Ya puedo sentir como la ansiedad me hará sufrir toda la noche.

Primero traté de averiguar dónde estaba parado pero la falta de luz impedía eso, así que apoyé una mano contra la pared y caminé a un buen ritmo sin soltarme. Me llevó un poco pero llegué a las escaleras por dónde casi nos tira. Bajé lento y con cuidado sin soltar su tonto chaleco -Si se enferma por andar de idiota y desabrigarse... ¡Agh! ¡Como lo pille lo mato!-

Llegué al primer piso y corrí hacia afuera, no conozco nada y todo es confuso pero si lo encuentro todo estará bien.

-¡Narancia!- Grité aunque dañara mi voz.

La maleza era alta y el aire traía un olor húmedo que me distraía.

Me siento mal, sé que algo no saldrá bien. Es completamente irracional pero lo siento...

-¿Estará mal que lo busque?- Me dije a mi mismo.

En realidad... ¿Qué le diré cuando lo vea? Si me dejó debe ser por algo... En serio quisiera entender sus arrebatos pero si no me dice nada...

Mientras me debatía cosas sin sentido lo vi allá arriba, en la punta del edificio mas alto con la vista clavada en el piso. Parecía tan ido que no podía creer que era él el que estaba ahí arriba.

¿Por qué? ¡Acaso no es suficiente con lo demás!

Apenas vi eso corrí como pude a su lado -¡Maldito mocoso suicida!- Casi caigo con unas tablas pero eso no me detuvo.

No veía absolutamente nada por el laberinto en el que estaba atrapado, pero había una sola cosa segura, a él no lo dejaré ir.

-¡NARANCIA SAL DE AHÍ!- Grité con el pecho saltando.

Mis piernas me duelen... No puedo...

Apenas se giró para verme... Juro que jamás sabré lo que pensó en ese minuto.

-Te dije que no me buscaras- Murmuró como si fuera otra persona.

-Sal de ahí...- Jadeé recomponiendo la respiración.

Todo salió al revés.

¿Por qué hace algo así?

-Por dios... ¿No crees que planeo suicidarme o sí?- Rió aparentemente divertido.

-Solo sal, es peligroso...- Me acerqué despacio.

-Si lo hiciera... ¿Me tratarías de salvar?-

Tercer minuto cero.

-¿Qué mierda dices? Narancia déjate de tonterías- Logró enojarme.

Me dolía la garganta y mi cuerpo comenzaba a fallar, pero no es la primera vez.

-Solo tengo curiosidad, además tengo todo controlado- Sonrió.

-¡TE DIJE QUE SALGAS DE AHÍ, MOCOSO TESTARUDO!- Mis manos temblaron pero no sé si fue producto de la cólera.

-...- Me miró como si lo hubiera desafiado.

Segundo minuto cero.

No podía apelar mas a su razón así que corrí para sacarlo de ahí, pero en cuanto di un solo paso él retrocedió dos.

Desde entonces me da un puto tic en el ojo cada vez que pienso en ese fatídico día.

Primer minuto cero.

En cuestión de segundos ambos caíamos desde un tercer piso. No le tenía ni miedo ni nervios a la altura hasta que le lo vi caer a unos centimetros de mis manos.

Todo pasó tan lento... fue como si la gravedad dejara de existir para nosotros. Realmente estaba a nada de un maldito ataque al corazón.

Me estiré cuanto pude hasta que al fin la punta de mis dedos rozaron su ropa. Lo sentí tan frustrante...

Su rostro se borró, solo veía su figura frágil caer delante de mi.

Cerré los ojos esperando lo peor, recuerdo que cuando apenas logré sujetarlo protegí su cabeza y lo abracé tan fuerte como pude.

Si la caída no era mortal entonces lo sería la forma en la que lo agarré.

No sé como todo sucedía tan rápido y tan lento a la vez pero quedaban unos metros para el impacto cuando me abrazó de vuelta.

Quise enroscarme en él y recibir todo el impacto cuando...




















-Aerosmith...-












Minuto cero.

Por ti volaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora