Los días se volvían lentos, y no era que me molestara del todo. Debo admitir que aún no estaba seguro de que fuera buena idea haberlo admitido dentro de Passione, pero había una pequeña parte de mi que comenzaba a sentirse más a gusto. Al menos no tan solo, debido a mi poca cercanía con mi otro compañero.
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-¿Entonces?-
-¿Qué? ¿Entonces qué?-
-¿Eres sordo qué te pasa, idiota? Te pedí la sal.-
-¡¿A quién llamas idiota, analfabeta?!-
-Me está comenzando a disgustar que peleen así. No me importa que hagan en su tiempo libre, pero cuando estemos juntos espero que se comporten.-
Y ahí estaba, mi primer regaño en la pandilla provocado por los escándalos de Narancia.
-Lamento haberle hecho enojar, jefe-
-No pediré disculpas-
-¡¿Qué?!- Expresé soprendido.
-Lo que dije, no te pediré disculpas.- Se dirigió a mi.
-Narancia...- Habló la voz pácifica.
-Lo lamento Bucciaratti, pero no perdonaré que me trate como basura-
-... Deberían hablar ustedes dos, sin puños ésta vez-
Bruno se marchaba al llamado de una señora que pedía hablar con él, mientras Abbacchio estaba presente pero no dijo ninguna palabra. Parecía que ni siquiera le importaba nuestra presencia.
-No le hables así a Bucciaratti, es tu superior- Habló von tono sereno, casi como si le diera un consejo.
-¡Pero yo soy mayor que Fugo, él debería respetarme!- Devolvió sin reacción alguna.
Se colocó sus audifonos nuevamente y siguió bebiendo de su bebida sin importarle nada. Clásico de Abbacchio.
-Solo llevas una semana y ya me metiste en problemas- Gruñí sin mirarlo. Ignorando todo lo anterior.
-¡¿Ah?!- Se volteó a verme con enojo, dispuesto a pelear otra vez.
No tenía ganas de pedir perdón nuevamente, muchos menos si era dirigido a Narancia el molesto Ghirga.
-Tú no sabes nada sobre mi, Flancito, mejor te callas o tendré que ayudarte a hacerlo- Me amenazó mostrándo el brillo de la hoja de su navaja.
Solo rodé los ojos, no tenía nada más que decir, y al parecer mi presencia ya no era requerida por Bruno.
-¡Vuelve aquí si te consideras un hombre!- Continuó insistente.
-No tengo que probarte nada.-
Una mano cayó sobre mi hombro cuando estaba por retirarme del restaurante. Decía algo pero no lograba oír, sonaba lejano y distorcionado, como una radio vieja.
-Para.-
Pero la mano no se alejaba y la voz seguía...
-Para. Para. Para.-
Sonaba más fuerte, como si se acercara algo.
-PARA. PARA. PARA.-
Sentí como si me hubiera tocado otra vez.
-¡TE DIJE QUE PARARAS!-
Las orbes de mis ojos ardían en rabia, y mis manos golpeaban con fuerza un objetivo que no era del todo real.
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Por ti volaré.
RandomTú en tu mundo separado del mío por un abismo Oye llámame, yo volaré A tu mundo lejano. Por ti volaré Espera, que llegaré Mi fin de trayecto eres tú Para vivirlo los dos. _______________________________ Las fotos de los capítulos no son mías, crédi...