Y recordé: "Cuando me sienta grande y pequeño, será por ti".
Al volver de la revisión y asegurarme que no contraje tétanos o alguna cosa extraña, volví a mi sucio departamento. Todo polvoso y aburrido como siempre, en orden pero nunca el suficiente.
Lo único de lo que tenía seguridad es que eran pasadas las once de la noche, que no había gente, y que por fortuna no habría fiestas o ruidos molestos por ser día de semana.
Tiré mi bolso al suelo, caminé hasta mi habitación y de un cajón saqué mi celular antes de lanzarme a mi cama. Imaginé un par de llamadas de Bruno para saber cuando volvería, unas cinco cuando mucho. Tenía poco mas de cincuenta llamadas perdidas, notas de voz y mensajes.
🍬🍊Nara/principito🍊🍬: "Fugo... Lamento todo lo que pasó en el hospital y... Ayer no te veías bien, no sé que te pasó, pero cuentas conmigo."
"Holaa, hum... Bruno me dijo que tendrías misiones especiales y... No me contó mucho, pero imagino que es por mi culpa. De verdad lo siento.
"Wow, hola(? ¿Estás vivo?"
"Fu, nadie sabe nada de ti, por favor dime si estás bien, no importa que sea una tontería..."
"¿Sabes? Han estado regalándome dulces anónimamente toda la semana. No sé como haces para regalarme caramelos todos los días, pero... ¿Podríamos hablar?"
"No sé dónde estés, pero en serio, dime algo, ¡quiero saber que estás bien!"
"... No sé ni siquiera si tienes tu celular a dónde sea que estés, o puede que me ignores... Ni idea, pero quiero agradecerte por los regalos. De verdad me gustan mucho"
"... Fugo, flancito... Fu, quiero que vuelvas."
Es idiota de mi parte, pero me hizo tan feliz leer tantos mensajes con su nombre... Saber que pensó en mi.
Leí los mensajes toda la noche hasta quedarme dormido. Para mi mala o buena suerte no soñé nada, caí rendido ante el dolor y el cansancio. Usualmente no pongo alarmas, mi cuerpo suele levantarse temprano por si solo. Y lo hice, pero había mas luz de lo habitual. Desperté únicamente porque medio dormido se me ocurrió ponerme de lado justo en el brazo que tenía lastimado. «Vaya si soy un genio» Pensé molesto.
Me senté de golpe en la cama y procuré estirarme un poco por la mala noche. La vida de lujos como la mansión de mis padres o la de Tucci no es algo que envidie mucho, ser autosuficiente en un lugar pequeño me basta y me sobra. Pero mierda, debo cambiar mi cama a una más cómoda.
Tallé mis ojos y tomé mi celular para revisar la hora. —¡¿Dos y media?! —Chillé alterado.
Me levanté rápidamente y tomé mi traje rojo para no pensar mucho en que más usar. Además, cubría los vendajes.
Cerraba apresurado hasta que tontamente caí en cuenta de algo. Nunca le avisé a Bruno que acabó mi trato.
Ni siquiera contesté los mensajes o llamé, podía faltar y pasar desapercibido un día más.
«Aunque... Quisiera verlos» Vacilé.
Al final no puse resistencia. Llegué a Libeccio entre las dos y algo y las tres, horario en que los chicos usualmente no están por estar trabajando.
Lo primero que hice fue pagar al restaurante por el favor que les pedí en mi ausencia. Lo cual no fue mucho, y aunque lo hubiera sido, valió totalmente la pena. Lo segundo fue ir a la oficina de Bruno y leer los papeles con las solicitudes para ponerme al día. Y por lo leído, no era nada tan pesado o agotador.
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Por ti volaré.
AcakTú en tu mundo separado del mío por un abismo Oye llámame, yo volaré A tu mundo lejano. Por ti volaré Espera, que llegaré Mi fin de trayecto eres tú Para vivirlo los dos. _______________________________ Las fotos de los capítulos no son mías, crédi...