El Amor Es La Magia Más Poderosa~ [{Severus Snape y tú}]

Capítulo 30

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H

abían pasado dos años, mis amigos y yo estamos en Quinto año, era muy cercana a Severus y Lucius igual ir con Los Merodeadores y Lily, pues con ella seguía hablando pero no tan seguido.

Descubrí que Joseph también es mago, nos mandamos cartas, el es muy atento conmigo, me agrada mucho pero Severus no.

Cuando Lunático estaba en sus noches siempre teníamos chocolates guardados y se lo dábamos, él no se lo ha dicho a los chicos pero a mí me dijo que tiene una pequeña esperanza de que el chocolate maté por dentro a su lobo.

Realmente siento pena por él.

-_______, es Expelliarmus, no Espelliarmus.- Dijo suspirando Severus, llevamos un rato practicando ese hechizo, no puedo decirlo bien.

-¿Y cual es la diferencia?.

-La X tiene más acentuación que la S.- Respondió.

-Bueno, dejemos eso para después, mira lo que puedo hacer.- Le dije, he estado practicando en un hechizo desarmador y sé que va a funcionar.

Severus me miró atentamente y pronuncié el hechizo pero de mi varita salió una pequeña llama verde, salió disparada hacia arriba y me iba a caer en la cabeza, pero Severus me lanzo un hechizo protector, y no pudo hacerme nada y se desvaneció.

-¿Ese era el objetivo de tu hechizo?- Preguntó irónicamente.

-No, su objetivo era desarmar.- Le dije yo.

-¿Y por qué apuntaste hacia arriba?.- Alzó una ceja.

-Porque....Bueno no lo sé.- Dije un poco frustrada, había intentado lograr ese encantamiento, pero nunca me salía.

Revolvió mi cabello y se sentó.- Mejor continuemos con el Expelliarmus.- Asentí y volvimos a practicar.

.¡Expelliarmus!.- Grité y la torre de libros que había hecho salió volando.- ¡Severus, Severus, lo hice, lo logré!.-Le dije emocionada, el me miró sonriendo.

-Me alegro por ti, te dije que podías hacerlo.

-¡Quejicus! Deja de distraerla, ya va llegando tarde a su entrenamiento.- Gritó Canuto.

-Rayos, es cierto, gracias Canuto, pero ya no lo llames así.- Le dije con seriedad.

-¿Por qué? Tu tienes un apodo y nosotros también, me parece totalmente injusto que el no tenga uno, somos compañeros después de todo.- Dijo fingiendo inocencia, gire lo ojos y me despedí de Severus.

Llegué al campo y comenzamos a entrenar, esta vez íbamos contra Gryffindor.

-Bien, en unos días será el partido contra Gryffindor y no quiero sentimentalismo solo porque son amigos.- Dijo mirándome.

Desde de una charla alentadora ya podíamos volver a nuestra actividades, pero no servía de mucho por qué nos habíamos tomado toda la tarde.

Este año parecía tranquilo, pero los chicos no dejaban de molestar a Severus, menos Lunático, pero el tampoco hacia algo para detenerlos, yo trataba de hacerlo pero nunca lo lograba, pareciera que ellos hubieran nacido para odiarse.