Día 18

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Se había levantado más temprano, todavía no salía el sol y el ya estaba entrando a la casa de USA.

Ahora traía unos Zefirs, algo parecido a bombones, pero estaban hechos de puré de manzana. Esperaba que le gustarán al mayor, como también esperaba que se hubiera comido lo que trajo los dos días anteriores.

Subió las escaleras, todo estaba muy silencioso y oscuro, los primeros rayos de sol apenas e iluminaban el pasillo. Entro al cuarto notando como el de 50 estrellas dormía, su cabello estaba hecho un desastre, supuso que era por qué se movía en la noche. Le agradaba ver ese rostro tranquilo y sereno, con esas enormes pestañas cerradas que brillaban, eso le hizo darse cuenta de que el mayor tenía un rastro de lágrimas en sus mejillas, como si hubiera llorado toda la noche.

Se acercó sentandose en la orilla de la cama, quiso tocarlo y acariciar su cabello como la otra vez, pero recordó que ese día lo había lastimado, y no quería hacerlo de nuevo. Se quedó así unos minutos, viendo cada detalle de su rostro, su piel ceniza, sus ojeras que demostraban su insomnio, y sus labios secos y agrietados.

Esos labios le llamaban la atención ¿Que se sentiría besarlos? ¿Los podría reparar si lo hacía?

Se sonrojo de repente al sentir como lo tomaban de su brazo, se iba a alejar por la vergüenza de pensar cosas impropias, pero vio el rostro del estadounidense, sus ojos entreabiertos y brillosos por las lágrimas que comenzaban a salir.

USA- Rusia. - Busco la mano del mencionado para tomarla, quería sentirse seguro, y tomarle la mano le daba una pequeña satisfacción. - ¿Enserio estoy mal? - Pregunto aunque ya sabía la respuesta, la noche anterior se puso a investigar, tenía varios síntomas de anorexia avanzada, sus desmayos, su cabello, su piel, etc. E hizo varios test para saber si tenía anorexia, sabía que no eran totalmente ciertos, pero en cada uno salió que tenía una anorexia grave. - ¿Enserio tengo...tengo...

Rus- También lo tomo de la mano entrelazando sus dedos sintiendo calor en sus mejillas, pero no era tiempo de pensar en eso. Solo asintio con tristeza secando las lágrimas del mayor con su mano libre. - Pero esto se puede solucionar, así que no llores.

USA- ¿Tu me vas a ayudar? - Pregunto mirando al ruso.

Rus- Sonrió con un leve sonrojo, no podía evitarlo con esos ojos tan hermosos sobre él. - Es lo que e tratado de hacer todo este tiempo.

USA solo sonrió sentandose para abrazar al menor. Este solo entro en pánico sin saber si corresponder o no, pero que más daba, solo era un abrazo. Hasta que pasaron varios minutos, volteo a ver al mayor preocupado notando que estaba dormido.

Cómo no estarlo si se había desvelado buscando sobre su problema, a parte de que era muy temprano. A decir verdad el tambien tenía sueño, se había ido a dormir tarde por preparar los zefirs, y se había levantado antes de que saliera el sol.

Se acomodo en la cama con cuidado para no despertar al mayor. Trato de separarlo y que durmiera a un lado, pero este estaba aferrado a él así que no tuvo opción más que dormirse con USA acostado en su pecho. Estaba tan cansado que no le tomo importancia, por qué si no ya estuviera rojo e intranquilo.

Después de unas horas el americano se levantó con vergüenza pero no despertó al ruso, solo tomo la bolsa de dulces y se dedicó a ver alguna serie. Cuando Rusia despertó ambos fingieron que nada había pasado, solo vio la hora y se despidió. Fue algo raro, nunca lo había hecho, solo se iba sin decir nada, se sintió como si todo fuera a cambiar.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora