Día 8

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USA no comprendía por qué el ruso se empeñaba tanto en ayudarlo. Suponía que era por lastima, cosa que era algo cierto, y eso le desagradaba. El no estaba hecho para causar lastima, el estaba hecho para brillar y resaltar a cualquier lado que fuera, y que el ruso sintiera pena por el le dolía en el orgullo.

No importaba que hiciera para alejarlo, el volvió durante toda una semana. Tal vez se sentía feliz por qué alguien le intentará ayudar, pero estaba seguro de lo que le diría si lo dejaba.

"Debes de comer, es por tu bien"

"Estás muy delgado, te estás haciendo daño"

"¿Acaso no tienes hambre?"

"¿Por qué lo haces?"

Son las mismas cosas que siempre decían a las personas con su problema.

El estaba bien, o eso había comenzado a decir desde hace mucho y comenzó a creerlo.

Siempre estuvo solo, sin apoyo, no había nadie que le hiciera cambiar de opinión respecto a su condición por qué nadie estaba para apoyarlo. Canadá era su hermano más cercano, pues era su hermano mayor con el que creció durante su infancia, pero era tan inocente que no podía imaginarselo llorando por su culpa cuando siempre trato de que no lo hiciera, siempre protegió esa sonrisa. Con sus padres no tenía mucho contacto, sobre todo con UK, tenía años sin llamarlo padre o hablarle para otra cosa que no sea política. Su ex se había vuelto enojar con él, hubo un tiempo en que volvieron a hablar, parecían amigos de toda la vida, pero el otro no podía ignorar las cosas que su gobierno hacia, aunque no tenía nada que ver con él, pero sabían que tarde o temprano volverían a pelear. Y esas eran todas las personas que conocía que sabía que podían preocuparse por él, cualquier otro que se acercará y descubriera su condición solo trataría de ayudarlo por compromiso, así como Rusia lo estaba haciendo. Al menos agradecía que no le dijera nada de esto a ONU y OMS.

A pesar de todo, el seguía adelante, pensaba que hacía lo correcto, que antes se veía horrible, que era aquel cerdo que todos decían, pero ahora sentía que volvía a ser el de antes, y que el solo podía hacer lo que se proponía sin la ayuda de nadie. Solo se necesitaba a si mismo. Pero...

¿Por qué se sentía tan solo?

¿Por qué se alegraba cuando Rusia venía todas las mañanas?

¿Por qué no podía resistirse a los dulces, como aquellos panes del otro día?

¿Y por qué tenía ganas de llorar al ver que el ruso no llego como siempre?

Ya eran las 15:00 de la tarde y no había señales de Rusia.

Estaba sentado en el comedor mirando hacia el refrigerador, pensando en lo que haría. Ahí dentro estaba la comida que había dejado Rusia, y podía comerla o hacer como si está no existiera. Una difícil decisión a la que le tenía miedo.

Lamentablemente se quedó en eso, solo un pensamiento que desechó por las náuseas. Odiaba vomitar, le dejaba un horrible sabor de boca, como lo que ocurrió con la única comida de Rusia que probó.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora