Aquí está el capítulo que publique la otra vez por accidente.
Caminaba con pereza mientras entraba al comedor, soltando un largo bostezo que le saco lágrimas. Descubrió que el olor de la comida funcionaba como su alarma, ya sea por qué su estómago rugía por hambre o se revolvia por el asco.
Entro feliz al ver sobre la mesa lo que parecía ser una empanada. También estaba su desayuno, medio sandwich caliente y un licuado de manzana. Pero sus labios se ampliaron en una sonrisa al ver al ruso sobre la mesa quejándose como si su existencia ya no importara.
USA- ¿Estás vivo? - Pregunto sentandose a un lado del menor.
Rus- No lo sé. - Ni siquiera levantó la mirada, parecía que su ánimo de siempre se había esfumado. - ¿Tienes alcohol? - No, ahí estaba, el mismo Rusia.
USA- ¿Enserio te pondrás a tomar tan temprano? - Acercó el plato de comida para no moverse de su asiento. Por alguna razón está situación me parecía bastante cómica.
Rus- Es que...- Se sento recto mirando hacia el infinito. -Ví a mis hermanos besandose.
USA- ¡¿Cómo?! -
Rus- Yo me iba a despedir y entre a su cuarto, pero yo y mi costumbre de no tocar la puerta.
USA- Como la otra vez. - El menor solo asintio, parecía en estado de shock. - Rusia, un beso no tiene nada de malo, sabes que nadie es familia sanguínea.
Rus- Se estaba besando.
USA- Eso ya lo dijiste. - Comenzaba a preocuparse, pensaba en llamarle a OMS o lanzarle un vaso de agua, dependiendo de cómo avanzarán las cosas.
Rus- Desnudos, en la cama.
El mayor miro incrédulo al ruso por unos segundos, ahora ya entendía su mirada mirada de horror. Pero no pudo parar la carcajada que salió de sus labios, seguido de unas cuantas más.
Rus- No te rías. - Tampoco tenía ánimos para enojarse, solo se volvió a desparramar en la mesa estirando sus brazos.
USA- Perdón, es que...- Tomo aire tratando de recuperar la compostura. - Enserio tienes mala suerte.
Rus- ¿Entonces si me vas a dar alcohol? - Se volteo sin despegar su cara de la mesa.
USA- No, por lo que escuche tú más alcohol más cocina es igual a incendio.
Rus- Eres horrible.
USA- Horrible de sentimientos pero hermoso por fuera.
Rus- Idiota. - Siseo aún sabiendo que el mayor lo escucharía.
USA- Soy un idiota hermoso.
Cruzaron miradas, el ruso con molestia y el americano con aires de grandeza. Pasaron unos segundos y el silencio se convirtió en carcajadas. Nadie creería que aquello fuera posible, que ambos pudieran reír como amigos de hace años, como si los insultos que antes nunca hubieran sido dichos.
USA- Si estás muy traumado, podemos ir arriba, me subo mi desayuno, ese postre que se ve delicioso y seguimos viendo la serie para que no pienses en tus hermanos.
Rus- Creo que ver muertos vivientes comiendo viceras es mejor que ver a mis hermanos a punto de coger.
El americano volvió a reír, esa risa que dejaba embobado al menor. Las mariposas de si estómago se agitaban con tan solo escucharla.
USA- Bien, terminemos la segunda temporada.
Por qué si, ya iban en la segunda temporada. Pero no la acabarían esa noche.
USA- ¿Rusia? - Llamo al escuchar los leves sollozos del mencionado. - ¿Estás llorando?
Rus- No...- Limpios sus lágrimas pero la escena seguía pasando y los sollozos seguían. - ¡¿Por qué se tenía que morir Dale?!
USA- Ven aquí. - Acercó al mayor abrazándolo para que su cabeza quedará en su pecho, le quitó el gorro y comenzó a acariciar su cabello. - ¿Por qué lloras por Dale y no lloraste por Sofía?
Rus- Fue diferente. - Se dejó mimar acurrucandose en el pecho del mayor.
USA- ¿Quieres continuar mañana?
Rusia asintio acurrucandose en el pecho del mayor. No le diría al estadounidense que esa muerte le recordó a su padre cuando lo encontró en el suelo de su casa, aunque no tenían casi nada de parecido, pero aún así las imágenes llegaron a su cabeza.
Pero se olvidó de eso cuando USA lo abrazo, y no lo diría para no desaprovechar la oportunidad de recibir cariño por parte de él. Se sentía una calidez que ni el sabía que necesitaba, y ahora estaba decidido a no dejarla ir.
ESTÁS LEYENDO
ªNØR3XĪÇ
FanficAnorexia: Trastorno alimentario que provoca que la persona se obsesione con su peso y lo que ingiere. Quién diría que cierto americano sufriría de aquel trastorno. Rusia solo lo creyó cuando lo vio tirado en el suelo notando lo delgado que estaba...