Día 48

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Eran cerca de las 2 de la madrugada y ambos seguían despiertos. El sueño se había ido a causa de la larga siesta que tomaron hasta tarde. USA parecía tener mucha más energía que en cualquier otro día, no paraba de hablar ni de andar de un lado a otro. Rusia aún seguía algo asustado por la pesadilla y no quería ni intentar dormir, por lo menos hasta dejar de pensar en los ojos del alemán. Y, como el americano estaba aburrido, propuso continuar con la charla del otro día. Aunque se arrepintió cuando Rusia le dijo que hablara sobre cierto tema.

USA- ¿Es enserio? - Pregunto con algo de nervios. El menor asintió confirmando que lo era broma. - ¿Por qué quieres saber?

Rus- Levantó los hombros restandole importancia a las quejas. - Me quedé con la duda.

USA- Suspiro rendido. Quería besar a Rusia y la única opción para hacerlo, sin que se enojara, era abriendo la boca. - Bien, te contaré sobre los ataques de UK, pero no es tan importante como crees.

Rus- Después podemos hablar de otro tema.

USA- ¿Me darás otro beso si hacemos eso? - Pregunto curioso y emocionado por la idea.

Rus- Si, te daré dos besos. - Dijo fingiendo molestia mientras sus mejillas se coloreaban levemente. - Pero empieza a hablar.

USA- Bien~ - Se notaba su entusiasmo, o tal vez eran la galletas de chocolate que comió. - No recuerdo cuál fue el primer ataque de mi padre que logre ver, sólo recuerdo verlo hablando sólo, desesperado y gritando incoherencias. El no quería que lo viera y me dejaba en mi cuarto o el de encerraba, pero yo comencé a espiarlo. Para esos días yo tenía aproximadamente 3-5 años. - Hablaba con normalidad, como si fuera algo de todos los días. - A veces era divertido, se callaba a si mismo o tenía pequeñas discusiones.

Rus- ¿Te acostumbraste a verlas?

USA- Creo que si, mientras no fuera un ataque agresivo.

Rus- ¿Agresivo?

USA- Asintió comenzando a verse algo nervioso. - Te dije que no recordaba el primer ataque que tuvo pero...- Se quedó callado unos segundos donde sólo miraba la ventana observando la llevo a intensa que parecía no cesar. - Pero si recuerdo el primer golpe. - Parecía este muy inmerso en su pensamientos, tal vez reviviendo su niñez. - Sus gritos me habían despertado y no dude en salir de mi cuarto para ir al suyo.

Thirteen colonies se asomaba por la puerta de la habitación de su padre tratando de no ser descubierto por este. Los gritos que lo despertaron iban aumentando. Discutía consigo mismo, al parecer era lo mismo de siempre: alguien le hablaba y no lo dejaba dormir. Era aterrador ver como su padre gritaba que se callara abrazando sus brazos.

Quería ayudarle, pero también tenía miedo. Retrocedió lentamente evitando hacer ruido, pero olvidó el pequeño jarrón que había detrás de él y terminó cayendo junto con él. Y, antes de poderse levantar, su padre ya estaba frente él mirándolo con furia. Nunca había visto esos ojos antes, ni esa expresión en el rostro de su padre.

TC- Per...- Una cachetada lo hizo callar, dejando un ardor y dolor en su mejilla. Pero no se comparó con el miedo que sintió al ser tomado de la mano siendo arrastrado hasta su cuarto. Tropezó varias veces al no poder seguirle el paso, aún así su mano libre no se apartó de su mejilla.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora