Día 43

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Sentía como si su estómago lo matara, llevaba más de 4 horas reteniendo el vómito y apenas eran las 10 de la noche. Kazajistan se había ido hace dos horas, sabía que el menor no quería irse por su estado pero el le dijo que estaría bien, que se fuera antes de que empezará a llover. Y el ruso había estado ocupado toda la tarde y le había mandado mensaje diciendo que también estaría ocupado en la noche. Lo bueno es que regresaría mañana.

Y ahora por eso tenía ese sentimiento de soledad que había desaparecido cuando Rusia comenzó a frecuentarlo.

Trato de tomar algún medicamento para quitar la acidez y las náuseas, pero el tan solo pensar que algo pasaría por su garganta le provocaba una arcada. Así que ahora se encontraba en su cama en posición fetal y cubriendo su estómago con su manos. Le dolía tanto que no podía evitar soltar uno que otro quejido. Pero no vomitaria, debía de aguantar para dejar de ser dependiente de Rusia, si lograba pasar la noche significaría un gran logro para él.

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Rusia había llegado a su casa hace un par de horas, pero el ya no se encontraba ahí. Ahora estaba caminando directo a la casa del americano. Tenía planeado ir antes, pero estaba esperando a que su padre se durmiera, por alguna razón los viajes en avión le provocaban a USSR estrés y cansancio a tal punto de que en cuanto llegarán a la casa se acostaba en lo primero que veía.

Saco las copias de las llaves de la casa de USA apresurandose al empezar a sentir las gotas de lluvia comenzar chocar con su ropa avisando que hoy también sería una noche donde no pararía de llover.

Comenzó a subir las escaleras teniendo cuidado al estar las luces apagadas, pero sabía el mayor que aún estaba despierto, siempre se dormía hasta tarde y apenas eran las 11:00 así que lo encontraría con el celular o viendo alguna serie. O eso esperaba por qué dentro de la mochila que traía había varios dulces de su país para disfrutar con su compañía.

Pero un quejido le hizo ponerse en alerta. Fue como un susurro, apenas y logro escucharlo, aunque no está a seguro de si había sido real o un producto de su imaginación, hasta que lo volvió a escuchar y no dudo en salir corriendo había el cuarto del mayor, preocupándose aún más con solo entrar y verlo retorciéndose de dolor.

Rus- ¡USA! - Se acercó para auxiliarlo, notando que su piel estaba fría y pálida. - ¡¿Que te paso?!

USA- ¿Ru...Rus? - Abrió lentamente los ojos para ver al menor justo frente a él. - Pensé...pensé que vendrías hasta mañana.

Rus- Hey, después hablamos de esto ¿Si? - Llevo su mano al rostro del mayor, apartando sus cabellos que comenzaban a estorbarle. - Ahora necesito saber que te ocurre.

USA- Nego lentamente tomando la mano del ruso. - Nada, solo...

Rus- USA. - Lo miro recriminandolo sabiendo que mentía. Cómo no saberlo si se estaba retorciendo de dolor.

USA- Me descubriste, eres un maldito genio. - Rio adolorido sintiendo que su risa le causaba más dolor. - Me siento como si me hubieran arrojado de un edificio de 10 pisos y después un camión me arrollara.

Rus- Esto no es gracioso, te ves terrible.

USA- Gracias por el cumplido. - Volvió a reír a pesar de la mirada molesta y preocupada del menor. - Pero deberías de marcharte. - Logro sentarse para poder mirar mejor al ruso, las náuseas parecían desaparecer de apoco.

Rus- ¿Marcharme? ¿Acaso piensas que te dejare solo después de verte así?

USA- El color carmín apenas se hizo notable en sus mejillas, a veces se odiaba cuando se enamoraba por qué comenzaba a amar cada expresión que el contrario hacia, hasta su ceño fruncido y esos ojos que lo miraban molestos y con en pequeño brillo. - Déjame solo por esta vez, necesito esto. - Suplico con la mirada esperando que el menor entendiera pero este parecía no estar convencido, era obvio que esperaba la razón de su repentina petición. Yo...no quiero ser tan dependiente de ti. - Vio cono el menor se sobresaltaba mirándolo aún más confundido de lo que estaba, pero aún así seguía con su expresión de molestia. - Mi falta de apetito, las náuseas y los vómitos desaparecen cuando estás a mi lado. - Sonrió por unos segundos al recordar la calma que el ruso le proporcionaba, como si no tuviera nada de que preocuparse, sus problemas pasaban a segundo plano y Rusia se única priorida. - Pero cuando tu te vas todo regresa y me siento como...como si no pudiera vivir sin ti y eso está mal, Rus, no puedo estar vomitando después de que te vayas, no puedo quedarme despierto por las náuseas que siento al no verte cerca y no puedo dejar de comer al sólo pensar que te vas a marchar de mi lado, por que se que lo harás y yo no so...

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora