Día 2

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Se despertó en su cama, algo confundido al no recordar haber subido hasta su cuarto. Se había sentido mal después de salir a correr y después todo se puso negro. Vagamente recordaba a alguien, pensó que era Rusia, pero no lo había visto bien.

Se levantó con cuidado, aún estaba mareado y se sentía débil. Busco un pants y una camisa cómoda y sus pantuflas, no quería salir hoy, así que podía vestirse como quisiera. Checo su celular dándose cuenta que había dormido un día entero, no había ido a la junto de ONU y de seguro recibiría un regaño de este.

Salió de la habitación dirigiéndose a las escaleras sin poder dejar de pensar en el ruso, no sabía si había venido, pero era imposible ¿Verdad?

Esa pregunta se respondió sola cuando llegó a las escaleras, viendo al ruso apunto de subir.

Rus- Hey, ho...hola. - Sonrió nervioso cargando una bandeja de comida. - Yo...yo te iba a subir de comer.

USA- Lárgate de mi casa. - Miro molesto al menor, no importaba que le haya ayudado, estaba en su casa sin permiso.

Rus- Vaya, yo pensé que por lo menos me agradecerias. - Comenzó a subir las escaleras aunque sentía la mirada furiosa del contrario. - No pienso irme, a menos que quieras que le diga a Canadá de tu estado. - Sonrió burlón cuando llegó a su lado. - Así que mejor ponte a comer. - Lo tomo de su ropa arrastrándolo de regreso al cuarto.

USA- ¡Suéltame! - Gritaba mientras trataba de liberarse. - ¡¿Cómo te atreves a amenazarme, tu maldito comunista?! - Dijo al momento en que fue lanzado a la cama.

Rus- Ya te dije que no soy comunista. - Le entrego la bandeja de comida con molestia. - Y será mejor que lo comas.

USA- ¿Que es esto? - Veía aquel plato con comida desconocida con algo de disgusto.

Rus- Oh, es cierto, no puedes ver. - Dijo con una sonrisa entregándole los lentes de sol, que al parecer también servían para otra cosa.

USA se sonrojo tomando los lentes, nadie sabía que tenía hipermetropía, y que aquel país con el que solía pelear se enterará le dolió en el orgullo. Ahora todo el mundo se enteraría y tendrían otra cosa más para burlarse.

Rus- Puede que guarde el secreto, pero tendrás que dejarme entrar a tu casa por un mes. - Caminaba hacia la puerta, deteniéndose justos en esta. - Me llevaré tus llaves para sacarles una copia.

El estadounidense solo bufo molesto, no tenía opción, si se negaba lo más probable es que le dijera a Canadá, y no quería causarle problemas a su hermano mayor. Escucho la puerta principal cerrarse, Rusia se había marchado, así que ya no había problema. Volvió a mirar el plato, se veía delicioso, pero no podía. Le daba asco.

Se levantó llendo al bote de basura de su cuarto y desechar la comida. Volvió a su lugar y se cobijo.

Solo tenía que aguantar hasta que el ruso se cansará y lo dejara en paz.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora