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Día 25

Lo veía desde su lugar esperando a que estuviera la comida, pero sabía que tenía algo raro, parecía más decaído que ayer, lo notaba a pesar de su rostro serio y ojos monótonos. Tenía algo en su forma de andar, sus movimientos lentos, la mirada en el suelo, y sus manos que pasaban constantemente por su cabello. Y también por qué no le había dirigido la palabra desde que bajo.

Salió de sus pensamientos al ver que el ruso se sentaba frente a él dejándole el plato. Ni siquiera lo miro, y eso ya era un ofensa para él. Iba a reclamar, por qué nadie puede ignorarlo y menos dentro de su casa, pero descarto esa idea al ver sus ojos, todos tenían razón cuando decían que los ojos eran la ventana del alma, y la de Rusia estaba triste.

USA- Rusia. - Llamo llegando que lo mirará. - ¿Paso algo con Bielorusia y Ucrania? - Supuso que ese era el problema, el día anterior había llegado con un trauma por culpa de ellos.

Rus- S... no, bueno...- Miro con nervios al mayor, penso que no se daría cuenta de su problema y no planeaba hablarle sobre aquello, aunque tal vez era una buena opción, no tenía con quién más desahogarse sobre una tontería. - Es que no fui a su casa, fui a la de Kaz

USA- ¿Por lo que paso ayer? - El contrario solo asintio volviendo a desviar la mirada. - ¿Entonces por qué vienes tan deprimido? Ayer parecias tomarlo con humor.

Rus- Le conté a Kazajistan.

USA- ¿Y...?

Rus- El ya sabía, yo me enoje y me fuí. - El estadounidense lo miraba esperando que continuará. - Me sentí un idiota, un pésimo hermano por no saber que Ucrania y Bielorusia salían, se que ellos se quieren desde que son niños, por lo menos Ucrania si, el siempre estuvo atrás de Bielo desde que nació. - Una leve sonrisa en su rostro triste enternesio al mayor, Rusia parecía feliz de hablar de sus hermanos por qué su sonrisa se hacía cada vez más grande. - Siempre se sonrojaba cuando era un niño.

USA- No pareces ser un mal hermano. - Sonrió tomando la mano del menor para tranquilizarlo.

Rus- Se había sonrojado, la sonrisa de USA le calmo por completo olvidandose por unos segundos de su problema. - Pero...¿Por qué no me lo dijeron? ¿Por qué se lo dijeron a Las y no a mí?

USA- Ellos tuvieron sus razones. - Sintió como el ruso también tomaba su mano. - Como tú, que no les has dicho que vienes a mi casa.

Rus- Tienes razón. - Dijo apenado al no haber pensado en eso. - Pero aún así le grité a Kaz.

USA- Kazajistan es el más cuerdo de ustedes, creo que entenderá tu estupidez.

Ambos rieron por lo bajo. Comenzaban a amar cada conversación que tenían por más seria o estúpida que fuera.

La risas pararon al escuchar un tono de llamada, era el celular del ruso que estaba sobre la mesa, se podían ver el nombre del contacto poniendo nervioso al dueño del objeto.

USA- Contéstale. - Dijo firme pero con una sonrisa, sus manos seguían unidas y parecía que el agarre de ambas era más fuerte con cada minuto que pasaba.

Rusia asintio tomando el celular con la mano izquierda, mientras que la derecha se separaba un poco de la del americano para poder entrelazar sus dedos. Estaba nervioso, y no sabía si era por lo que acababa de hacer o por la llamada.

Rus- Kaz... Perdón por salir así de tu casa, y perdón por gritarte yo... Si no volveré a preocuparte así pero... - Se quedó callado unos minutos encogiéndose en su lugar, América podía escuchar los gritos de preocupación del kazajo. - ¿Terminaste?... Entonces ¿Mañana en la mañana?... Si, y otra vez perdon por... Me colgó. - Rio mientras veía la pantalla del celular.

USA- ¿Todo bien? - Estaba comiendo algo incómodo por usar su mano izquierda.

Rus- Si, pero mañana hablaré con mis hermanos. - Suspiro cansado, sabía que tendría una mañana larga. Levantó la mirada notando como al contrario se le dificultaba comer con su mano no dominante, no pudo evitar reír pero al mismo tiempo avergonzarse. - Perdón. - Separó sus manos con un sonrojo, pero el americano lo miro confundido.

USA- No pasa nada. - Sonrió al darse cuenta de que Rusia estaba avergonzado por qué no lo dejaba usar su mano derecha. - Estaba muy cómodo.

El sonrojo del ruso se hizo más grande y no sabía cómo bajarlo ni dónde esconderse, tampoco salían sus palabras para cambiar la conversación. Así que el mayor termino de comer con un Rusia callado y sonrojado. Demasiado lindo para su corazón.

Jsjsjs ayer no subí capitulo por qué no tuve tiempo de escribir y ya no tenía capítulos adelantados.